UNA POSTAL HECHA DE MONTAÑA Y MAR
" El Camino del Norte o de la Costa", fué mi tercer Camino tras "El Francés" y "El Primitivo". Paisajisticamente hablando, es el mas bonito y mucho más duro que el Francés, sobre todo si queremos hacerlo íntegramente por el trazado señalizado. Hacerlo de este modo, es decir, por donde van los caminantes, resulta bastante más duro que si utilizásemos las carreteras para evitar los tramos no ciclables, pero como contrapartida pasarás por lugares increíbles cargados de magia y belleza que de otra forma evitarías.
La ruta: Irún-Santiago de Compostela-Muxia-Finisterre.
Kilómetros: 1137 según el cuentakilometros de nuestras bicis.
Horararios: de media las etapas van a durar unas ocho horas, y los kilometrajes que hareis en este tiempo, dependerá de la dureza de la etapa, pero andará entre los 50 y los 80 kms.
Parece que ocho o nueve horas es mucho tiempo, pero realmente no es así. Hay que tener en cuenta que la ruta es muy dura, con múltiple pasos de montaña prácticamente a diario, con tramos no ciclábles en los que habrá que andar con la bici, y también hay que contar con que se pierde algo de tiempo comprando víveres y por supuesto comer, descansar etc...
Epoca: 2 de octubre.
El otoño temprano siempre es una época ideal para hacer cualquiera de los caminos, puesto que contaremos con temperaturas suaves. En el "Camino del Norte", algunos días de lluvia siempre están asegurados.
Pernoctas: siempre en albergues de peregrinos salvo un par de noches en que buscamos otra alternativa. Finalizado septiembre, muchos albergues cierran, en contrapartida, el número de peregrinos es muy escaso, razón por la cuál, no tendremos problemas de que estén llenos.
El precio de los albergues municipales es de unos cinco euros. Tambien dormimos en algunos conventos como el de Cóbreces y Sobrado dos Monxes, siendo el precio el mismo que en los albergues
Equipaje: siempre llevamos en nuestras alforjas lo mínimo imprescindible.
A veces es sorprendente con las pocas cosas que podemos realizar un viaje. El peso es un factor muy importante, sobre todo en un camino tan duro como este, en el que nos pasaremos mucho tiempo andando y empujando nuestras bicis.
EL VIAJE HASTA IRUN
En tren desde Talavera de la Reina hasta Madrid, y en Madrid, nuevamente tren hasta Irún.
Viaje sin incidencias, salvo las peleas con los revisores del tren por el tema del transporte de las bicis, y eso que religiosamente pagamos la facturación de las mismas.
En octubre el albergue de Irun está cerrado, por lo cuál pasamos la noche en un hostal bastante barato a unos doscientos metros de la estación.
1ª ETAPA: Irún-San Martín de Orio (50 kms y unas 8 horas)..
Después de callejear por Irún llegamos "Al Puente de Santiago"sobre el río Bidasoa, el comienzo del "Camino".
Desde "El Puente de Santiago", seguir las flechas amarillas se hace un poco complicado y salir de Irún nos lleva mas de lo esperado, pero una vez conseguido comenzamos el ascenso al "Monasterio de Guadalupe", siendo este el primero de los múltiples ascensos que jalonan la ruta.
La ruta nos lleva a "San Sebastian" y en esta ciudad se empieza a sentir la falta de costumbre de estar tanto tiempo sobre la bici. Lo cierto es que llevo una deshidratación del carajo. Hace más calor de lo previsto en esta época del año.
Tras pedalear por la playa salimos de "San Sebastian" por una zona de fuertes rampas, y fuertes rampas es lo que vamos a tener hasta "San Martín de Orio", donde pasamos la noche en un precioso albergue con unas vistas magnificas. Antes de llegar a "San Martín", no nos quedó mas remedio que bajarnos de las bicis unas cuantas veces como consecuencia de terrenos no ciclábles, pero si quieres hacer esta ruta siguiendo el trazado señalizado habrá que caminar en múltiples ocasiones y echarle mucha paciencia.
Las eternas subidas del Camino
Bonita imagen desde el albergue de San Martín
Albergue de San Martín de Orio
2ª ETAPA: San Martín de Orio -Deba (32kms y 4 horas).
Antes de continuar con la ruta, nos dirigimos a la Oficina de Correos de San Martín donde enviamos un paquete a casa con unos tres kilos de cosas que no vamos a necesitar (Ir lo más ligero posibles es muy importante.
Estamos ante una etapa corta y relativamente cómoda que finaliza en Deba, porque el siguiente albergue abierto nos quedaría demasiado lejos. Hacemos una etapa corta que nos ira aclimatando a las largas jornadas sobre la bici.
La etapa en su primera parte es cómoda y muy bonita. Pasaremos por zonas costeras como Zarautz y Zumaia, por donde es una autentica delicia pedalear a pesar de que las rampas siguen presentes.
Nuestros ferraris aparcados en la ría de Zumaia
Zona de fuertes rampas camino de Deba
Mas de lo mismo
En la ria de Deba
Una vez terminado nuestro paseo por zonas costeras, comenzaremos con zonas boscosas y como no, seguimos subiendo fuertes rampas durante todo el resto de la etapa hasta prácticamente llegar a Deba, hasta donde nos conducirá una cuesta abajo con muchísimo desnivel en la que tendremos que tener mucho cuidado.
El albergue municipal de Deba está abierto todo el año. Se encuentra ubicado en las antiguas escuelas y está regentado por un personaje singular que se merece una mención especial en este blog: se trata de "Patxi".
Patxi es el hospitalero de Deba: un tipo comprometido con "El Camino" y que con su experiencia por todos "Los Caminos", los cuales los ha ido realizando a lo largo de los años, ayuda a los viajeros y peregrinos con sus sabios consejos. Es un montañero empedernido al igual que yo, con lo cuál nos pasamos largo tiempo conversando de viajes y montañas y por tanto probablemente dando la brasa a unos seis o siete peregrinos que pernoctaron en el albergue. Desde aquí un fuerte saludo al amigo Patxi.
Si llegáis a Deba antes de que el albergue esté abierto, en la oficina de turismo os facilitan las llaves.
Todos nos habían dicho que no se podía subir al Santuario de la Virgen del Calvario y al Alto de Arno con las bicis, y que lo lógico era dar un rodeo por la costa para retomar con posterioridad el camino oficial.
Decidimos hacer caso omiso de las recomendaciones y hacer el recorrido con nuestras bicis, y aunque resulto muy duro, con mucha paciencia y muchos tramos caminando con nuestras monturas, finalmente conseguimos coronar el puerto más impresionante y mítico de todo el "Camino del Norte": "El Alto de Arno".
Salimos de Deba y al poco comienzan unas fortísimas rampas inicialmente asfaltadas, para al poco tiempo convertirse en sendas no ciclables que conducen al Alto del Calvario. En este accenso hay que tener cuidado, pues cuando yo hice este recorrido, algunos graciosos se habían dedicado a borrar las típicas flechas indicadoras sustituyéndolas por otras. Sea como fuere, finalmente conseguimos llegar a la Ermita del Calvario.
Tramo asfaltado nada mas salir de Deba
Bonito paisaje camino de la Ermita del Calvario
Subida embarrada
3ª ETAPA: Deba-Guernika (50 km y 10 horas)
Todos nos habían dicho que no se podía subir al Santuario de la Virgen del Calvario y al Alto de Arno con las bicis, y que lo lógico era dar un rodeo por la costa para retomar con posterioridad el camino oficial.
Decidimos hacer caso omiso de las recomendaciones y hacer el recorrido con nuestras bicis, y aunque resulto muy duro, con mucha paciencia y muchos tramos caminando con nuestras monturas, finalmente conseguimos coronar el puerto más impresionante y mítico de todo el "Camino del Norte": "El Alto de Arno".
Salimos de Deba y al poco comienzan unas fortísimas rampas inicialmente asfaltadas, para al poco tiempo convertirse en sendas no ciclables que conducen al Alto del Calvario. En este accenso hay que tener cuidado, pues cuando yo hice este recorrido, algunos graciosos se habían dedicado a borrar las típicas flechas indicadoras sustituyéndolas por otras. Sea como fuere, finalmente conseguimos llegar a la Ermita del Calvario.
Tramo asfaltado nada mas salir de Deba
Bonito paisaje camino de la Ermita del Calvario
Subida embarrada
Aurora en la Ermita del Calvario
Seguimos en dirección al mítico Alto de Arno, cuyo paso obligaba a los antiguos peregrinos a agruparse en grupos numerosos para evitar los ataques de salteadores de caminos y de los lobos. La ascensión es muy dura alternando tramos pavimentados con trochas y sendas. En cualquier caso, se pasa por un pequeño valle idílico, como idílica es toda la subida.
Zona no ciclableCamino del Alto de Arno por pista pavimentada
Coronando del Alto de Arno
Bonita paisaje desde el Alto
El camino a Markina resulta agotador pese a que en la guía que llevábamos parecía que todo era cuesta abajo. El camino siempre picaba hacia arriba excepto el descenso final, además de contar con numerosos tramos que no eran transitables en bici.
Seguimos camino de Guernika por terreno difícil, pasando por "El Convento de lo Zenarruzos", lugar este que cuenta con albergue, constituyendo un magnifico lugar donde pernoctar, sin embargo seguimos hasta Guernika bajo una fuerte lluvia aliñada con un barro pegajoso y agotador.
Albergue de Guernika
En Guernika pernoctamos en un albergue privado al estar cerrado el municipal. Sale un poco más caro,pero incluye desayuno y cuenta con unas magnificas instalaciones.
4ª ETAPA: Guernika-Castrourdiales (85 km y tropecientasmil horas)
Preciosa y larga etapa en la que pasamos de la montaña vasca a la costa cántabra. Se nos hizo francamente larga y llegamos a nuestro destino justo cuando estaba anocheciendo, lo que quiere decir que echamos chiquicientasmil horas. Ni de cachondeo nos salen las horas que invierten en realizar la etapa los autores de la guía que llevamos. Tal vez se deba a que en las fotos de la mencionada guía, los autores salen en sus bicis con lo puesto, es decir, sin alforjas ni equipaje y a estas alturas empezamos a sospechar que los tramos no ciclables los hacen por carretera.
Salimos de Guernika sobre las 8:30 horas, y nada más abandonar la ciudad nos espera una larga subida no ciclable que la tenemos que salvar caminando sobre zona empedrada. Luego vienen continuos sube y baja por zonas de montaña las cuales nos sorprenden por su belleza . Esta primera parte de la etapa es montañosa en su totalidad, llevándonos por zonas rurales de Euskadi. Pasamos por un monte en el cuál se está llevando a cabo una montería con el consiguiente peligro de encontrarnos con un jabalí, de que nos devoren los perros de las realas, o que nos peguen un tiro. Salimos como podemos del atolladero y tras unas horas de deleite para los ojos y tormento para las piernas llegamos a Zamudio, donde paramos a echar un bocata.
La bruma de la mañana alzándose sobre los vallesPaisajes rurales de la montaña vasca
Tramo asfaltado
En Zamudio
Tras Zamudio comienza la subida al "Monte Avril" antes de llegar a Bilbao. Se trata de una subida ciclble en su totalidad salvo porque las rampas son tan duras que finalmente tenemos que echar pié a tierra en muchos tramos. Bajada vertiginosa a Bilbao y comenzamos a callejear tratando de encontrar un atajo que nos recomiendan en nuestra guía para salir de la gran ciudad. Nos perdemos..., y tras mil vueltas por la ciudad y acordarnos otras mil veces de los autores de la guía, decidimos localizar de nuevo las flechas amarillas para salir de Bilbao y Portugalete que practicamente están unidos. Continuamos en zona cómoda de ascenso para tras un largo descenso llegar a la playa de "La Arena".
Se nos está haciendo tardísimo... Seguimos pedaleando sin poder pararnos ni tan siquiera para hacer una foto. Pasamos Ontón, ascendemos al Alto de Mioño y llegamos a Castrourdiales cuando ya está anocheciendo. El albergue está lleno, cosa muy rara puesto que en el camino no nos encontramos a ningún peregrino. Tenemos que buscarnos una pensión que nos recomienda el hospitalero del albergue.
5ª ETAPA: Castrourdiales-Güemes (64 km y 8 horas).
Hemos finalizado el recorrido por Euskadi y de momento se acabaron los durísimos puertos con demasiados tramos no aptos para bicicletas. Cantabria es mas suave y mas amable para las piernas del ciclista, sin que ello quiera decir que esté exenta de duras subidas, pero serán mas cortas y menos duras. En cuanto al paisaje, aquí las montañas son mas redondeadas y los valles mas amplios y luminosos.
Salimos de Castrourdiales sobre las 9:00 horas, y nada más empezar comenzamos con las dichosas rampas. Proseguimos hasta salvar un par de puertos de montaña que nos llevan a Laredo. Esta primera parte de la etapa nos depara bonitos paisajes costeros. Una vez en Laredo, nos espera un agradable paseo por la playa hasta llegar a un punto en que aguardamos a la llegada de un pequeño barquito (el gasolino), a bordo del cuál atravesamos la ría de Santoña. Proseguimos con el mar a nuestra derecha, hasta abandonarlo para internarnos en zona rurales cántabras. Tras un periplo en el que pasamos por varios pueblecitos y aldeas y cuando las piernas comienzan a resentirse debido a un buen puñado de rampas con fuerte desnivel, llegamos a Güemes y su albergue.
Cruzando la ría de Santoña
Paisaje rural
Los verdes valles cántabros
"El Albergue de Güemes"
Mención especial merece este albergue y su fundador el padre Ernesto: sacerdote y viajero empedernido, el padre Ernesto funda en Güemes este punto de encuentro para peregrinos y viajeros. Se trata de un híbrido entre albergue y museo, donde se exponen un sin fin de fotografías y recuerdos de los viajes de su fundador.
Pienso en este lugar y lo veo como un oasis para el viajero en mitad de un precioso valle, donde serás recibido con hospitalidad y podrás disfrutar de un lugar único que recuerda a lo que debía de ser el hogar de los antiguos exploradores.
Un lugar donde es obligatorio detenerse y que sin duda no os defraudará.
Con uno de los habitantes del albergueBonita capilla
El albergue
Haciendo el chorras
6ª ETAPA: Güemes-Cóbreces ( 68 km y 7 horas)
Salimos de Güemes una mañana fantasmal, o al menos esa es la impresión que da al elevarse la niebla sobre el valle. Tras un corto trayecto rural, proseguimos pedaleando por un acantilado que nos ofrece preciosas vistas al mar. Aquí hay que tomar ciertas precauciones, puesto que la senda en ocasiones se aproxima peligrosamente al borde del acantilado. LLegamos a Santander y allí aguardamos la llegada de un transbordador que nos llevará por mar a un puerto situado en la zona centro de la ciudad.
Peregrinos en la niebla
Pedaleando junto al acantilado
Camino de Santander
Acantilados
Posando para la cámara
Tirado en el catre del convento
El Camino de nuevo se asoma al mar
El palacio de Comillas
Marismas justo antes de llegar a San Vicente
Peregrinos en la niebla
Pedaleando junto al acantilado
Camino de Santander
Acantilados
Las bicis en el transbordador
Desembarcamos en Santander y nos toca callejear por una ciudad repleta de trafico. Tras salir de la gran ciudad y tras un periplo por zona rural salpicada de múltiples subidas, duras pero cortas, llegamos a Santillana del Mar.
Santillana del Mar
Salimos de Santillana del Mar y al poco nos pasa como una flecha un bicigrino con un tatuaje en la pierna , el cuál casi nos arranca las pegatinas de las bicis. Sentimos envidia por la juventud y la velocidad con la que nos ha pasado. Proseguimos por un paisaje verdisimo repleto de cortas pero durisimas rampas. Antes de llegar a Cöbreces, nos encontramos despatarrado en la cuneta al ciclista del tatuaje en la pierna, el cuál ha reventado en una cuesta de inafarto: je, je, je..... En Cóbreces pernotamos en un convento.
Campos verdesPosando para la cámara
Tirado en el catre del convento
El convento en que pernoctamos
7ª ETAPA: Cóbreces- Serdio ( 28 km y 3 horas)
Esta etapa la hicimos corta debido a las circunstancias que se nos dieron: nuestro amigo Churu por fin se decide a venir a nuestro encuentro y hacer con nosotros lo que resta del camino. Quedamos con él en Ribadesella en dos días, razón por la cuál tenemos que pararnos a hacer tiempo, cosa que hicimos en Serdio, donde me recupero de un gemelo que a estas alturas llevaba sobrecargado, y pasamos unos días fantásticos.
Salimos de Cóbreces sobre las 9:00 horas y como el resto de los días que llevamos en Cantabria, nos espera un recorrido no excesivamente duro pero jalonado de subidas y bajadas hasta llegar a Comillas. Esta localidad tiene un palacio precioso del que fuera marqués de Comillas, y además cuenta con albergue, en el cuál paramos a sellar la credencial, cosa que no pudimos hacer puesto que estaba cerrado al acabar de ser fumigado por una plaga de pulgas.
Las eternas rampas del CaminoEl Camino de nuevo se asoma al mar
El palacio de Comillas
Picos de Europa en la lejanía
Salimos de Comillas y siguiendo un bello recorrido en el cual ya podemos divisar Picos de Europa, llegamos a una especie de marisma que es el portal de la bella localidad de San Vicente de la Barquera.
San Vicente de la Barquera y su famoso puenteMarismas justo antes de llegar a San Vicente
Cantabria siempre verde
Continuamos la etapa salpicada de empinadas pero cortas rampas, para por fin llegar a Serdio, donde pasaremos dos días en espera de nuestro amigo que se unirá a nosotros para hacer lo que resta del Camino.
SERDIO: UN PARENTESIS EN EL CAMINO
Serdio es como una isla de paz y tranquilidad donde parece que no transcurre el tiempo. Es un pequeño pueblecito rodeado de verdes prados y suaves colinas. Si subes a una de esas colinas verás el mar, y si giras la vista al lado contrario, aparecerán los Picos de Europa dibujándose en el horizonte.
Nos quedamos en unas habitaciones ubicadas justo encima de un bar, las cuales estaban fenomenales y por un precio más que razonable. Pasamos un par de días maravillosos paseando por los alrededores. En nuestros paseos siempre nos acompañaban "Luna" y "Manchitas", que eran los dos perros de la dueña del bar donde nos alquilaron nuestro alojamiento. También conocimos a Sara: una suiza de 21 años que llevaba nueve meses viajando y que hacía el Camino tras regresar de Panamá. Igualmente conocimos a un par de Croatas que tras hacer "El Camino Francés" años atrás, habían regresado a España para hacer "El Camino del Norte".
Serdio tiene albergue de peregrinos, aunque se encontraba cerrado.
Nuestro alojamiento en Serdio
Con Luna y Manchitas
La Torre de Estrada
Picos de Europa a una lado
El mar al otro
Camino de Ribadesella
El mar aún se presiente
Desde "El Puerto de la Cruz"
Comienza la bajada
Camino del Monte Areo
La etapa en ocasiones se acerca a la costa
Asomándonos al mar
Verdes prados antes de Soto de Luiña
Otra parada más
Las piernas no aguantan más
En Almuña, el albergue está regentado por un chico de origen rumano, el cuál está constantemente pendiente de las necesidades del viajero y lleva el albergue con autentica dedicación.
Hecho polvo tras dos noches sin dormir
Continuo terreno no ciclable
Cerca de Luarca
El precioso puerto de Luarca
Con zonas costeras
Salimos de Almuña para al poco pasar por Luarca. Esta es una etapa relativamente cómoda, sin que ello quiera decir que esté exenta de las eternas cuestas y repechos del Camino del Norte. Pasamos por varias localidades hasta llegar a La Caridad a 27 km de Luarca. De La Caridad a Ribadeo la etapa se hace mas cómoda y llana, alternando paisajes rurales con zonas costeras hasta llegar a la última localidad mencionada.
Antes de llegar a Ribadeo
Las eternas conchas y flechas del Camino
En el albergue de Vilaba
Llegando a la aldea de Vilaba
En Ribadeo paramos en un supermercado a comprar provisiones y prepararnos un bocata. A la salida de esta población nos esperan seis o siete kilómetros hasta llegar a Vilaba, siendo esta una bonita aldea gallega donde hay un magnifico albergue. Fue una suerte que lleváramos provisiones puesto que en nuestro punto de destino, no había ningún lugar donde comprar nada. Hay que mencionar que el albergue se encuentra abierto para que pueda acceder el peregrino, y a las ocho de la tarde se pasa el hospitalero a sellar las credenciales y a cobrar los cinco euros que cuesta la pernocta.
En el albergue nos encontramos con un ciclista catalán que al no llevar ni poder comprar proviisones en el lugar, se dedicaba a alimentarse a base de manzanas verdes y muy agrias que abundan en aquel paraje, con el consiguiente dolor de tripa. Aquella noche la salvó gracias a nuestras provisiones.
Los verdes prados gallegos
Monasterio de Lourenzá
Sendero con encanto
Los castaños y robles salpican el final de etapa
Haciendo en bobo
Fachada principal
Preparando el equipaje
La campiña gallega desde los muros de nuestro alojamiento
15ª ETAPA: Sobrado dos monxes-Santiago de Compostela ( 63 km y 8 hora
Salimos de nuestro alojamiento medieval a primeras horas de la mañana y nos encontramos con los campos cubiertos de una ligera neblina que los confiere un aspecto irreal. Las sendas y caminos son perfectamente ciclables sin que ello les quite la dureza que les confiere constantes y empinadas rampas, que subiendo y bajando nos van acercando cada vez más a Arzúa, lugar donde el Camino del Norte se une al Camino Francés. Después del poco concurrido Camino que nos ha traído por toda la cordillera cantábrica hasta Arzúa, notamos que a partir de aquí el Camino comienza a estar mucho más concurrido debido a la mayor cantidad de peregrinos que hacen el Camino Francés, pese a que ya estamos casi a finales de octubre. Los bares, las tiendas, los pueblos..., a partir de ahora todo gira en torno a los viajeros que se dirigen a Santiago. Junto a un bar nos encontramos nuevamente al brasas, que como de costumbre está castigando con sus majaderías a todo el que se le pone a tiro. Parece que Jaime al fín le dio esquinazo... Antes de llegar al Monte do Gozo, transitamos por zonas donde cortas pero duras rampas nos van castigando las piernas, aunque la cercanía de nuestro destino nos da alas. Llegamos a Monte do Gozo, donde nos hacemos unas fotos con Jaime que por fín da señales de vida. Y volamos a Santiago...
La campiña gallega a primeras horas
La niebla alzándose a nuestra salida de Sobrado
Precioso
Nuestro alojamiento en Serdio
Con Luna y Manchitas
Los alrededores del pueblo
Picos de Europa a una lado
El mar al otro
Con Luna y Manchitas
8ª ETAPA: Serdio- La Isla ( 85 km y tropecientasmil horas)
Salimos de Serdio por la campiña cántabra. Nos esperan caminos con constantes subidas aunque no demasiado largas. Antes de llegar al punto donde finaliza Cantabría para comenzar Asturias, tendremos que salvar sendas boscosas no ciclables en las que nos tendremos que bajar de las bicis. Atravesamos localidades como Unquera, a partir de la cuál finalizan los tramos no ciclables. Seguimos por Buelma y Pendueles, en ocasiones teniendo que circular por el arcén de la carretera que coincide con el Camino, para acceder a una senda perfectamente ciclable que transcurre paralela al mar. Este senda está repleta de cómodas subidas y bajadas, discurriendo próxima a una linea de acantilados y que tranquilamente nos llevará hasta la localidad de LLanes.
Chupando cámara
En ocasiones la etapa se asoma al mar
Una cómoda pista nos conduce a LLanes
Chupando cámara
En ocasiones la etapa se asoma al mar
Una cómoda pista nos conduce a LLanes
La etapa salva varios rios
Seguimos camino de Ribadesella y nos caen varios chaparrones que nos empapan y nos hacen perder mucho tiempo. Nos extraviamos y eso nos hace perder aún más tiempo. En varias ocasiones nuestro camino coincide con la carretera, llegando al fín a la preciosa Ribadesella donde nuestro amigo Churu con el que habíamos quedado, llega con bastante retraso con lo cuál perdemos todavía más tiempo.
A la llegada a LLanesCamino de Ribadesella
Con Churu después de llegar con mucho retraso
Salimos de Ribadesella con muchísimo retraso y nada más dejar la localidad nos perdemos por un terreno durisimo. Perdemos bastante tiempo hasta dar con el camino correcto. Se nos está haciendo de noche con lo que no nos queda más que pedalear sin poder detenernos ni tan siquiera para hacer una foto. El terreno es una mezcla de sendas no ciclables y carretera. Llegamos a La Isla, donde nos ponemos en contacto con la hospitalera que regenta el albergue. Nos conduce a nuestras literas donde a grandes voces pone firme a unos italianos que se estaban pasando de listos. Tras ver como los italianos se quedan con el rabo entre las piernas ante la bronca propinada por esta bravía asturiana, nos quedamos con una sonrisa en los labios, y el mencionado incidente nos sirve de juerga cada vez que vemos a los peregrinos abroncados: ja, ja, ja... El albergue esta repleto de viajeros de múltiples nacionalidades: italianos, ingleses, japoneses..... Somos los únicos españoles.
Churu y Aurora, posando muy curretes a la puerta del
albergue de La Isla (al fondo, uno de los italianos abroncados)
9ª ETAPA: La Isla-Gijón (54 km y 7 horas)
Ya estamos en Asturias, y de nuevo vuelve la dureza y los grandes puertos y subidas. Los valles son mas cerrados y menos luminosos que en la vecina Cantabria y las montañas mas abruptas y escarpadas. Nos espera una etapa de grandes ascensos y vertiginosas bajadas. Salimos de La Isla echándonos una última risa a costa de los italianos, y sin mayores incidencias y por terreno cómodo llegamos a Colunga. Desde esta localidad y hasta llegar a Villaviciosa, el terreno es francamente duro con un puerto bastante largo y con algunos tramos no ciclables y embarrados. En Villaviciosa, capital de la sidra, paramos en un parque a hacernos un bocata y a tomar fuerzas con vistas a lo que nos queda de etapa que parece ser bastante duro.
Los manzanos de donde se obtiene la sidra asturianaEl mar aún se presiente
Curiosa manera de secar la colada mientras se pedalea
Salimos de Villaviciosa y al poco aparece un cruce en el cuál podemos tirar para Oviedo y seguir por "El Camino Primitivo", o dirección Gijón para seguir por "El Camino de Norte". Seguimos por la segunda opción y al poco comenzamos poco a poco a ascender, inicialmente de una forma tendida, para poco a poco irse incrementando la dureza de las rampas. Algunos tramos son sumamente duros y no nos queda más remedio que bajarnos de nuestras monturas y seguir a golpe de calcetín. Seguimos las flechas amarillas para seguir transitando por una subida entre piedras que la hacemos íntegramente a pié. La ultima parte suaviza la pendiente hasta llegar por asfalto al "Puerto de la Cruz". Bajada vertiginosa hasta un idílico valle para comenzar con la subida de otra puerto con algunos tramos no transitables en bici. Coronamos el alto para ver Gijón en la lejanía.
Las piernas ya no dan para másDesde "El Puerto de la Cruz"
Comienza la bajada
Gijón
Divisamos Gijón desde el ultimo puerto del día y tras una larga bajada llegamos a la ciudad. Tardamos una hora y pico en dar con el albergue al cuál es bastante lioso llegar.
El albergue es una autentica pasada de bonito, aunque la noche la paso en blanco. En nuestra habitación también duerme un americano que ronca como un diablo. Entre los ronquidos del susodicho y las patadas de Churu en la litera del americano para que pare de roncar, lo cierto es que entre los dos no me han dejado de pegar ojo.
10ª ETAPA: Gijón- Soto de Luiña (59 km y 10 horas)
El Monte Areo, al inicio de la etapa, es el único puerto de consideración que tendremos hoy en la ruta. Nos la prometemos muy felices pero al final del día nos daremos cuenta de la equivocación. Además de la dificultad montañosa ya señalada, a partir de Avilés nos encontraremos con un sin fin de subidas y altos de corta longitud pero de una durísima inclinación que hace que lleguemos a nuestro destino al anochecer y con una paliza de consideración. Habremos salvado un desnivel positivo de asi 2000 metros.
Salimos de Gijón y al poco comenzamos la subida al Monte Areo. Nos encontramos con José Luis que vive en Gijón y está haciendo un poco de ejercicio con su bicicleta. Decide acompañarnos unos kilometros y al mismo tiempo hacernos de guía en la subida. Al mismo tiempo nos lleva a ver algunos dólmenes de por los alrededores, que según él pillan de paso al tiempo que hacemos el Camino. Por supuesto el va sin alforjas.... Cuando llevamos 4,5 km de subidas y tras comprobar que Churu y Aurora empiezan a estar un poco mosqueados con el guía, me entero que en realidad la gira turística que hemos hecho se aparta del Camino y debemos de volver atrás. Nos despedimos de José Luis, el cuál ha hecho que nos demos una paliza de consideración y sin ningún incidente más llegamos a Avilés.
Uno de los dichosos dolmenesCamino del Monte Areo
Aviles
Después de Avilés nos esperan una serie de subidas y altos de pronunciada inclinación. Perdemos la cuenta de cuantas son, y nos resignamos a que después de coronar un alto al poco comenzaremos el ascenso de otro. Al final la etapa se nos hace inacabable y durisima. Llegamos a Soto de Luiña justo antes del anochecer tras haber salvado una etapa que transcurre por medio rural, asomándonos en alguna ocasión a la costa.
La localidad de El CastilloLa etapa en ocasiones se acerca a la costa
Asomándonos al mar
Verdes prados antes de Soto de Luiña
El albergue de Soto
11ª ETAPA: Soto de Luiña-Almuña ( 37 km y 5 horas)
He pasado una noche horrible y sin saber porqué no he dormido casi nada. Ya son dos noches sin dormir y comienzo la etapa un poco rayado .Nada más salir, nos recomiendan ir por carretera y no hacer caso a las flechas amarillas pues el terreno no es ciclable en muchos tramos, aparte de ser complicado el transito debido a la vegetación y la orografía. Por supuesto no hacemos caso y seguimos el trazado oficial que marcan las flechas amarillas.
El terreno es muy duro y gran parte de él lo hacemos con las bicis de la mano. Debíamos de haber hecho caso y al menos por una vez haber seguido por carretera. Tanto es así, que coronamos un cerro al cuál subimos íntegramente a pié tropezándonos continuamente en los pedregales y en su cima nos encontramos un cilindro con un papel dentro, donde los viajeros que pasan por allí escriben sus nombres y la fecha. Somos los únicos pringaos en seguir esta ruta desde junio, ultima fecha en que alguien pasó por aquí y escribió su nombre. Seguimos por sendas repletas de vegetación y barro que en ocasiones nos acercan al mar. Llegamos a Cadavedo donde comemos algo, y tras comprobar mis compañeros de viaje que me encuentro bastante mal debido a la falta de sueño, deciden finalizar la etapa en Almuña (a 1,5 km de Luarca) . De Cadavedo a Almuña, el cómodo trayecto transcurre por llanuras cubiertas de pastos verdes y relucientes bajo la luz del sol, que nos llevan directamente al albergue ubicado en esta última localidad.
Una parada en el camino Otra parada más
Las piernas no aguantan más
En Almuña, el albergue está regentado por un chico de origen rumano, el cuál está constantemente pendiente de las necesidades del viajero y lleva el albergue con autentica dedicación.
Hecho polvo tras dos noches sin dormir
Continuo terreno no ciclable
Cerca de Luarca
El precioso puerto de Luarca
12ª ETAPA: Almuña-Vilaba (59 km y 7 horas)
Salimos de Almuña para al poco pasar por Luarca. Esta es una etapa relativamente cómoda, sin que ello quiera decir que esté exenta de las eternas cuestas y repechos del Camino del Norte. Pasamos por varias localidades hasta llegar a La Caridad a 27 km de Luarca. De La Caridad a Ribadeo la etapa se hace mas cómoda y llana, alternando paisajes rurales con zonas costeras hasta llegar a la última localidad mencionada.
Antes de llegar a Ribadeo
Las eternas conchas y flechas del Camino
En el albergue de Vilaba
Llegando a la aldea de Vilaba
En Ribadeo paramos en un supermercado a comprar provisiones y prepararnos un bocata. A la salida de esta población nos esperan seis o siete kilómetros hasta llegar a Vilaba, siendo esta una bonita aldea gallega donde hay un magnifico albergue. Fue una suerte que lleváramos provisiones puesto que en nuestro punto de destino, no había ningún lugar donde comprar nada. Hay que mencionar que el albergue se encuentra abierto para que pueda acceder el peregrino, y a las ocho de la tarde se pasa el hospitalero a sellar las credenciales y a cobrar los cinco euros que cuesta la pernocta.
En el albergue nos encontramos con un ciclista catalán que al no llevar ni poder comprar proviisones en el lugar, se dedicaba a alimentarse a base de manzanas verdes y muy agrias que abundan en aquel paraje, con el consiguiente dolor de tripa. Aquella noche la salvó gracias a nuestras provisiones.
13ª ETAPA: Vilaba-Gontán (45 km y 8.5 horas)
Espectacular etapa por la Galicia profunda, en la que pasamos por zonas poco frecuentadas de esta región. El Camino transcurre por zonas rurales de una gran belleza a la vez que de una gran dureza. Alternamos caminos que serían ciclables en su totalidad, si no fuese porque su dureza nos hace echar pié a tierra en algunas ocasiones, con tramos asfaltados de carreteras secundarias escasamente frecuentadas.
Salimos de Gontán sobre las nueve de mañana, y lo hacemos acompañados de un constante y monotono lloviznar. Atravesamos zonas repletas de un encanto singular repletas de constante repechos de subida y bajada. Pasamos por varias aldeas y llegamos a Lourenzá, localidad que cuenta con albergue y un monasterio benedictino de gran belleza. Seguimos nuestro camino por terreno similar al anterior, aunque ahora el terreno suaviza y se vuelve mas amable para las piernas del ciclista. Llegamos a Mondoñedo, donde hacemos unas fotos a su bonita catedral y echamos un bocata en un bareto con el fin de coger fuerzas para finiquitar los duros quince últimos kilómetros hasta Gontán.
Pasando por pequeñas aldeas
La etapa alterna caminos de tierra con
pistas asfaltadas
Preciosos prados cubiertos de verde
Pasando por pequeñas aldeas
La etapa alterna caminos de tierra con
pistas asfaltadas
Preciosos prados cubiertos de verde
Monasterio de Lourenzá
Sendero con encanto
Catedral de Mondoñedo
Salimos de Mondoñedo y nada más hacerlo, comenzamos una larga ascensión que prácticamente durará hasta Mondoñedo. La subida a este largo puerto es bastante tendida y transcurre por una pequeña carreterita secundaria en la que no nos encontramos un solo coche en quince kilómetros. El paisaje es espectacular, transcurriendo nuestro camino entre robles y castaños. A lo lejos en el horizonte empezamos a divisar una linea de molinos eólicos hasta los que intuimos que debemos de llegar. La ascensión continua sin mayores difcultades, hasta que dejamos la pequeña carreterita que llevamos, para coger un camino a la izquierda por el que continua la ascensión. La inclinación de las rampas es cada vez mayor, hasta que no tenemos más remedio que bajarnos de nuestras monturas. Coronamos el puerto, y cuando pensábamos que ya se habían terminado las subidas comprobamos nuestra equivocación. La etapa se nos empieza a hacer larga y dura, continuando por terrenos rompepiernas de sube y baja. Por fín llegamos a Gontán, pequeña localidad que cuenta con un bonito y moderno albergue.
Al comienzo, la subida es tendida y asfaltadaLos castaños y robles salpican el final de etapa
La subida continua siendo comoda
En el albergue de Gontán volvemos a encontrarnos con el ciclista catalán al que alimentamos la noche anterior, el cuál ha realizado una etapa relámpago llegando bastante antes que nosotros. También conocemos a Jaime: un cicloperegrino malagueño con el que hacemos buenas migas. Pegado a Jaime va un elemento de cuyo nombre no me acuerdo, y que es el típico brasas que todo lo sabe y del que todo el mundo huye. Al principio pensábamos que estos dos iban juntos, pero mas tarde nos enteramos que ambos viajan por separado, y que el malagueño no tiene ni las mañas ni la condición física necesarias para dar esquinazo al brasas.
14ª ETAPA: Gontán- Sobrados dos Moxes (82 km y 9,5 horas).
Etapa larga y dura, caracterizada por la lluvia que nos acompañó toda la mañana, y el sol que salió por la tarde y que pintó los prados y valles por los que pasamos con unos fantásticos colores. La segunda parte de la etapa, transcurrió por unos parajes idílicos de los más bellos de todo el Camino.
Salimos de Gontán junto a los otros ciclistas, los cuales nos pasan como flechas. Nuestro amigo catalán lleva un ritmo endiablado, y durante gran parte de la etapa, vemos dibujada en la tierra mojada del Camino, las huellas de los neumáticos de su bici. El colega malagueño junto con su penitencia particular (el brasas), también nos pasan nada más salir del albergue. Seguimos por zonas rurales encharcadas por la lluvia. A buen ritmo atravesamos varias localidades y rebasamos en varias ocasiones a Jaime, el cuál tiene varias averías a lo largo de la mañana, y al palizas, el cuál pedalea de una forma totalmente ilógica, a base de acelerones y continuas paradas, en las que pega la correspondiente paliza a todo paisano y peregrino que se va encontrando. LLegamos a Baamomde empapados y con el frio lógico, provocado por pedalear toda la mañana completamente empapados. Paramos a echar un bocata y a calentarnos en un bareto. Através de la cristalera del bar, vemos pasar a Jaime..., detrás y a poca distancia, en su persecución circula el brasas.
Bonito prado antes de llegar a Miraz
Bucólico paisaje
Más de lo mismo
Atravesando uno de muchos riachuelos
Bajo una constante lluvia
Partimos de Bahamonde y parece que ha cesado la lluvia. El recorrido continúa por senderos y pistas salpicadas de continuas subidas y bajadas. Sobre el barro seguimos viendo las huellas del catalán, lo que nos indica que sigue por delante de nosotros. En la puerta de una taberna de aldea, vemos la bici del malagueño, un poco mas adelante, el brasas pega la vara a un paisano del lugar. Al poco nos vuelven a pasar ambos: Jaime y su penitencia particular. Llegamos a Miraz, y aquí cesan las huellas del catalán: sin duda, el fuerte ritmo le hizo reventar y tuvo que parar a dormir en esta ultima localidad. Mas adelante nos encontramos a Jaime arreglando un nuevo pinchazo en su bici, mientras que el palizas continúa. Empezamos a pensar, que tanta avería comienza a ser sospechosa y que tal vez tan solo se trate de simples excusas para intentar dar esquinazo a esa maldición con bicleta y culote que le persigue desde hace días. Le pasamos y mentalmente le deseo buena suerte en su intento. Seguimos por terreno ascendente sobre zona de granito, muy técnica de ciclar. Pasamos varios puertos y altos que nos dan pasos a paisajes de postal. La jornada se nos empieza a hacer eterna hasta que por fin llegamos a Sobrado dos Monxes, localidad preciosa donde el albergue está ubicado en un increible monasterio Cisterciense.
Poco antes de llegar a Sobrado
Churu malgastando carrete
Bucólico paisaje
Más de lo mismo
Atravesando uno de muchos riachuelos
Bajo una constante lluvia
Partimos de Bahamonde y parece que ha cesado la lluvia. El recorrido continúa por senderos y pistas salpicadas de continuas subidas y bajadas. Sobre el barro seguimos viendo las huellas del catalán, lo que nos indica que sigue por delante de nosotros. En la puerta de una taberna de aldea, vemos la bici del malagueño, un poco mas adelante, el brasas pega la vara a un paisano del lugar. Al poco nos vuelven a pasar ambos: Jaime y su penitencia particular. Llegamos a Miraz, y aquí cesan las huellas del catalán: sin duda, el fuerte ritmo le hizo reventar y tuvo que parar a dormir en esta ultima localidad. Mas adelante nos encontramos a Jaime arreglando un nuevo pinchazo en su bici, mientras que el palizas continúa. Empezamos a pensar, que tanta avería comienza a ser sospechosa y que tal vez tan solo se trate de simples excusas para intentar dar esquinazo a esa maldición con bicleta y culote que le persigue desde hace días. Le pasamos y mentalmente le deseo buena suerte en su intento. Seguimos por terreno ascendente sobre zona de granito, muy técnica de ciclar. Pasamos varios puertos y altos que nos dan pasos a paisajes de postal. La jornada se nos empieza a hacer eterna hasta que por fin llegamos a Sobrado dos Monxes, localidad preciosa donde el albergue está ubicado en un increible monasterio Cisterciense.
Poco antes de llegar a Sobrado
Churu malgastando carrete
El monasterio de Sobrado
En el albergue de Sobrado, mis compañeros comentan el hecho de que durante todo el día no hemos vuelto a saber nada de Jaime y compañía. Pensamos que tal vez haya tenido suerte y podido dar esquinazo a su acompañante. Paseamos plácidamente por el vetusto patio de la antigua edificación donde pernoctamos. Todo es paz y tranquilidad; se oye el tenue rumor de los monjes cantando, y de pronto..., escuchamos el tono monótono y machacón de una voz conocida: se trata del brasas atormentando a un pobre monje que pasaba por allí. Aparece Jaime con cara resignada y junto a él el otro, que con paso firme y cara sonriente nos dirige un saludo.
EL ALBERGUE DE SOBRADO DOS MONXES
Este lugar es una autentica joya edificada en un pequeño pueblo de la Galicía profunda. El albergue está ubicado en un monasterio cisterciense que como una reliquia del medievo le ofrece al viajero un autentico viaje en el tiempo. Deambular por sus claustros, por su patio central...., observar el quehacer de los monjes y escuchar sus cantos gregoriano es una verdadera delicia.
Las habitaciones de los peregrinos se asoman a un bonito patio interior del monasterio por un lado y por el otro, unas pequeñas pequeñas ventanas construidas en gruesos muros de piedra, nos ofrecen la mágica imagen de la campiña gallega.
Deambular por este lugar cargado de historia es una singular experiencia y observar sus altos muros cubiertos del eterno musgo que viste los monumentos gallegos, nos advierte que nuestro destino esta cerca.
Patio interior del monasterio
Las bicis junto a nuestra habitación
Patio interior del monasterio
Las bicis junto a nuestra habitación
Preparando el equipaje
La campiña gallega desde los muros de nuestro alojamiento
15ª ETAPA: Sobrado dos monxes-Santiago de Compostela ( 63 km y 8 hora
Salimos de nuestro alojamiento medieval a primeras horas de la mañana y nos encontramos con los campos cubiertos de una ligera neblina que los confiere un aspecto irreal. Las sendas y caminos son perfectamente ciclables sin que ello les quite la dureza que les confiere constantes y empinadas rampas, que subiendo y bajando nos van acercando cada vez más a Arzúa, lugar donde el Camino del Norte se une al Camino Francés. Después del poco concurrido Camino que nos ha traído por toda la cordillera cantábrica hasta Arzúa, notamos que a partir de aquí el Camino comienza a estar mucho más concurrido debido a la mayor cantidad de peregrinos que hacen el Camino Francés, pese a que ya estamos casi a finales de octubre. Los bares, las tiendas, los pueblos..., a partir de ahora todo gira en torno a los viajeros que se dirigen a Santiago. Junto a un bar nos encontramos nuevamente al brasas, que como de costumbre está castigando con sus majaderías a todo el que se le pone a tiro. Parece que Jaime al fín le dio esquinazo... Antes de llegar al Monte do Gozo, transitamos por zonas donde cortas pero duras rampas nos van castigando las piernas, aunque la cercanía de nuestro destino nos da alas. Llegamos a Monte do Gozo, donde nos hacemos unas fotos con Jaime que por fín da señales de vida. Y volamos a Santiago...
La campiña gallega a primeras horas
La niebla alzándose a nuestra salida de Sobrado
Precioso
Aurora, Chema, Churu y Jaime, en Monte do Gozo
¡¡¡Y por fin...: Santiago!!!
MAGIA EN EL CAMINO
Salimos de Sobrado dos Monxes dejando atrás la ultima casa. La mañana se está desperezando, sacudiéndose los últimos jirones de niebla. Pedaleamos en silencio ensimismados con la belleza que nos rodea. El ambiente es irreal..., como sacado de una película de misterio. El sendero por el que avanzamos en fila, se inclina hacia abajo y nuestras bicicletas cada vez adquieren mayor velocidad, cuando de repente... sorprendido por nuestra presencia, un "Lobo" corre delante de nosotros durante unos metros, para finalmente internarse en el bosque...
Fue increíble, maravilloso..., sencillamente mágico.
EL DESCANSO DEL GUERRERO
Churu ya marchó a Talavera mientras nosotros continuamos en Santiago a la espera de continuar nuestro viaje hasta Muxía, y de allí seguir hasta Finisterre donde concluiremos nuestra aventura. Ya tenemos sellada nuestra Compostela y tenemos la intención de asistir a la misa del peregrino, mientras nuestras cosas descansan en el seminario menor de la ciudad, donde tenemos fijada nuestra breve residencia de un día antes de proseguir el viaje. Al entrar en la catedral, compruebo como todos los bancos están repletos de hombres endomingados y señoras acicaladas con sus mejore galas, mientras que los peregrinos que se han chupado casi mil kilómetros en bici o a pié, aguardan el comienzo de la ceremonia sentados y esparcidos por el suelo del templo:¡¡¡ ¿¿¿ acaso no es la misa del peregrino...???!!! Me largo del lugar...
Diluvia en el exterior, con lo que pasamos toda la tarde escuchando "Radio Camino" en la pequeña radio que llevamos en nuestras alforjas. Cuando encendemos nuestro pequeño trasto, bromeando decimos que vamos a escuchar "Radio Camino" y así llevamos pegando la matraca con nuestro artefacto a todos los peregrinos que nos encontramos en los albergues.
La tumba del apóstol
Plaza del Obradoiro
EL DESCANSO DEL GUERRERO
Churu ya marchó a Talavera mientras nosotros continuamos en Santiago a la espera de continuar nuestro viaje hasta Muxía, y de allí seguir hasta Finisterre donde concluiremos nuestra aventura. Ya tenemos sellada nuestra Compostela y tenemos la intención de asistir a la misa del peregrino, mientras nuestras cosas descansan en el seminario menor de la ciudad, donde tenemos fijada nuestra breve residencia de un día antes de proseguir el viaje. Al entrar en la catedral, compruebo como todos los bancos están repletos de hombres endomingados y señoras acicaladas con sus mejore galas, mientras que los peregrinos que se han chupado casi mil kilómetros en bici o a pié, aguardan el comienzo de la ceremonia sentados y esparcidos por el suelo del templo:¡¡¡ ¿¿¿ acaso no es la misa del peregrino...???!!! Me largo del lugar...
Diluvia en el exterior, con lo que pasamos toda la tarde escuchando "Radio Camino" en la pequeña radio que llevamos en nuestras alforjas. Cuando encendemos nuestro pequeño trasto, bromeando decimos que vamos a escuchar "Radio Camino" y así llevamos pegando la matraca con nuestro artefacto a todos los peregrinos que nos encontramos en los albergues.
La tumba del apóstol
Plaza del Obradoiro
El seminario menor desde nuestra habitación
Salimos de Santiago con buen tiempo... Parece que vamos a tener suerte y al menos por hoy va ha dejar de diluviar. Nada más salir de la ciudad comenzamos las subidas por los bosque de eucaliptos que tan poco me gustan y así continuamos por zonas duras de puertos y repechos hasta Negreira (a 22 km), donde paramos a hacernos un bocata. Continuamos con la subida de un largo puerto donde podemos deleitarnos con bellos y verdes paisajes gallegos. Tras este largo puerto, el terreno sigue siendo de constantes subidas y bajadas y tras unas cuantas horas y otros tantos chaparrones que nos ponen en remojo, llegamos a Olveiroa donde está el albergue donde dormiremos hoy.
Camino de Negreira
Entre Negreira y Olveiroa
Más de lo mismo
Atravesando un rio gallego
Nosotros hacemos fotos a las nubes y ellas nos ponen en remojo
Cena en buena compañia
Me tumbo sobre el saco de dormir en mi litera y como todas las noches saco mi pequeña radio para escuchar "Radio-Camino". Una inglesa que duerme en la parte superior de mi litera, asoma su cabeza para echarme una bronca de mil demonios, argumentado algo del silencio, de que ella y su novio tienen que dormir y que mi pequeño trasto hace mucho ruido. Con gesto compungido apago mi aparato y me dispongo a dormir y digo me dispongo, porque exactamente eso fue lo que hice ya que no pegué ojo en toda la noche. La pequeña y enfadada inglesa, blanca como una tiza, resulta que ronca como si fuese una locomotora al ralentí.
17ª ETAPA: Olveiroa-Muxia (35 km y 5 horas).
Salimos de Olveiroa y nada más salir nos espera un larga subida que nos conduce a un cruce de caminos en el cuál, si seguimos a la izquierda nos dirigiremos a Finisterre y si por el contrario tomamos la derecha, nuestra dirección será a Muxia.
Seguimos dirección Muxia
Continuamos para Muxia por terrenos rurales y bosques. El paisaje es sumamente agradable a la vista, sin que ello quiera decir que se hayan acabado las cuestas, si bien no son tan duras como en jornadas anteriores. La mañana es templada y soleado y el paseo una autentica delicia. Dejamos las zonas rurales gallegas, para poco a poco ir introduciéndonos en los bosques de eucaliptos que preludian la costa. Ya vemos el mar y los acantilados contra los que se estrella, vemos un faro...., y tras pedalear un poco mas , llegamos al precioso pueblo de Muxia.
Muxia es un precioso pueblo pesquero con ese aire apasionado que tienen otros pueblos junto al mar y que contagian al viajero la sensación de encontrarse en las fronteras del fin del mundo.
Zonas rurales antes de Muxía
Los bosques de pinos y eucaliptos preludian el mar
A lo lejos Muxía
16ª ETAPA; Santiago de Compostela-Olveiroa (60 km y 7 horas)
Salimos de Santiago con buen tiempo... Parece que vamos a tener suerte y al menos por hoy va ha dejar de diluviar. Nada más salir de la ciudad comenzamos las subidas por los bosque de eucaliptos que tan poco me gustan y así continuamos por zonas duras de puertos y repechos hasta Negreira (a 22 km), donde paramos a hacernos un bocata. Continuamos con la subida de un largo puerto donde podemos deleitarnos con bellos y verdes paisajes gallegos. Tras este largo puerto, el terreno sigue siendo de constantes subidas y bajadas y tras unas cuantas horas y otros tantos chaparrones que nos ponen en remojo, llegamos a Olveiroa donde está el albergue donde dormiremos hoy.
Camino de Negreira
Entre Negreira y Olveiroa
Más de lo mismo
Atravesando un rio gallego
Nosotros hacemos fotos a las nubes y ellas nos ponen en remojo
Nuestra llegada a Olveiroa
Nada más llegar a Olveiroa, podemos comprobar el gran cambio que ha experimentado esta pequeña aldea, con respecto al 2006 en que estuvimos por primera vez. Cuenta con un bonito y acogedor albergue en el que al poco de llegar ya estamos instalados. Empieza a refrescar y hace viento, con lo que los peregrinos decidimos encender una cálida chosca en una gran chimenea de granito con que cuenta el albergue. Allí conocemos a Jaime y Toño; Jaime es un catalan de unos sesenta y pico años y Toño un italiano sumamente amable y simptico. Enseguida hacemos buenas migas con estos dos y mientras cenamos a pocos centímetros de las llamas, hablamos de la vida, del Camino... y como no, de la crisis. Tras una cena en magnifica compañía, todos comenzamos a irnos a dormir.
Conversando con Jaime y ToñoCena en buena compañia
Me tumbo sobre el saco de dormir en mi litera y como todas las noches saco mi pequeña radio para escuchar "Radio-Camino". Una inglesa que duerme en la parte superior de mi litera, asoma su cabeza para echarme una bronca de mil demonios, argumentado algo del silencio, de que ella y su novio tienen que dormir y que mi pequeño trasto hace mucho ruido. Con gesto compungido apago mi aparato y me dispongo a dormir y digo me dispongo, porque exactamente eso fue lo que hice ya que no pegué ojo en toda la noche. La pequeña y enfadada inglesa, blanca como una tiza, resulta que ronca como si fuese una locomotora al ralentí.
17ª ETAPA: Olveiroa-Muxia (35 km y 5 horas).
Salimos de Olveiroa y nada más salir nos espera un larga subida que nos conduce a un cruce de caminos en el cuál, si seguimos a la izquierda nos dirigiremos a Finisterre y si por el contrario tomamos la derecha, nuestra dirección será a Muxia.
Seguimos dirección Muxia
Continuamos para Muxia por terrenos rurales y bosques. El paisaje es sumamente agradable a la vista, sin que ello quiera decir que se hayan acabado las cuestas, si bien no son tan duras como en jornadas anteriores. La mañana es templada y soleado y el paseo una autentica delicia. Dejamos las zonas rurales gallegas, para poco a poco ir introduciéndonos en los bosques de eucaliptos que preludian la costa. Ya vemos el mar y los acantilados contra los que se estrella, vemos un faro...., y tras pedalear un poco mas , llegamos al precioso pueblo de Muxia.
Muxia es un precioso pueblo pesquero con ese aire apasionado que tienen otros pueblos junto al mar y que contagian al viajero la sensación de encontrarse en las fronteras del fin del mundo.
Zonas rurales antes de Muxía
Los bosques de pinos y eucaliptos preludian el mar
A lo lejos Muxía
Un alto junto al mar.
El albergue de Muxía es un magnifico edificio de nueva construcción, regentado por un chico que se tomaba su tarea de hospitalero con suma dedicación. En el albergue nos encontramos con viajeros italianos, sudafricanos, ingleses,portugueses, alemanes....
UN LUGAR MUY ESPECIAL
Una vez llegamos a Muxia, seguimos pedaleando hasta el final del pueblo y al poco de salir de él y rodeando un saliente rocoso en terreno de ligero descenso, llegamos en un santiamén al "Santuario A Virxe Da Barca". Este lugar ejercía una poderosa atracción sobre mí desde que vi la película: "The Way". En ella, el protagonista esparce las cenizas de su hijo en el mar vecino, después de haberlas llevado consigo durante todo el "Camino de Santiago". Para mí, este ha sido el lugar cumbre de mi Camino. Muchas noches, la granítica silueta de este santuario se dibujaba en mis sueños, al igual que el embravecido mar que lo rodea. El Santuario A Virxe Da Barca es pura poesía...
Por fín en Muxía
Aurorita
Un mar embravecido junto al santuario
Santuario A Virxe Do Barca
Precioso
Paseo entre el santuario y el mar
Nos despedimos del Santuario
Aquí lo que sobra es el verde
A la lejanía presentimos el mar
Se salva un puerto entre bosque de pinos, a la salida de Muxía
Detrás, tan solo agua salada
En el lugar donde los peregrinos queman sus ropas
Por fín en Muxía
Aurorita
Un mar embravecido junto al santuario
Precioso
Paseo entre el santuario y el mar
Nos despedimos del Santuario
Muxia a los lejos
18ª ETAPA: Muxía-Finisterre (37 km y 4 horas).
Salimos del albergue a primeras horas de la mañana, y lo hacemos bajo la lluvia y un fórtisimo viento, que cuando circulamos paralelos al mar esta a punto de derribarnos en varias ocasiones. Enseguida dejamos la costa para girar a la izquierda y meternos de golpe en la subida de un largo puerto con unas rampas iniciales de infarto. El ascenso inicialmente transcurre por pista asfaltada, para al poco comenzar los caminos de tierra y piedra que atraviesan un sin fin de bosques de pinos. Coronamos en un lugar bellisimo, para continuar el desdenso e introducirnos de lleno en zona rurales con múltiples subes y bajas no demasiado duros. LLegamos a una aldea llamada lires, donde es obligatorio sellar la credencial en su bar, si es queremos que en nuestro destino nos sellen "La Fisterra".
Zonas ruralesAquí lo que sobra es el verde
A la lejanía presentimos el mar
Se salva un puerto entre bosque de pinos, a la salida de Muxía
Ni próximos al final desaparecen los altos
Bosques de pinos antes de Finisterre
Proseguimos por terreno difícil con constantes rampas, y por fín volvemos a ver el mar en la lejanía, señal inequívoca de que el final de nuestro Camino se encuentra cerca. Tras un tiempo que se nos hace mas largo de lo que debiera, entramos en Finisterre, continuamos ahora por la carretera que nos lleva al alto del acantilado donde se alza el faro y donde se encuentra el "Final de la Tierra". La subida es complicada, dificil, peligrosa.... El viento es huracanado y casi nos tira de nuestras bicis a cada momento. La lluvia nos lacera la cara, el frio atenaza nuestras mano...., pero poco a poco vamos llegando al final. Llegamos al faro y en su puerta dejamos aparcadas las bicis. Mas allá, en el punto que terminan las rocas y poco antes de que la única presencia existente sea la del Océano Atlántico, varios peregrinos se despojan de sus ropas con el fin de quemarlas como siglos atrás hicieran sus predecesores de la edad media: es su particular manera de hacerse un intimo homenaje a si mismos y al Camino que tanto les ha dado. Por mi parte, me sumo en una callada apatía que me llena de tristeza. Durante todo este tiempo mi hogar ha sido la piel que habito y el Camino que piso, tal vez porque en estos momentos no tengo ningún hogar al que volver. Me acerco al punto donde termina la tierra para empezar el océano infinito e interiormente pienso lo maravilloso que sería poder caminar sobre las aguas como lo hiciera cierto tipo hace dos mil años- Si ello fuera posible, sin duda seguiría pedaleando hasta donde el corazón me llevara.
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¡¡¡ Por fin...!!!Detrás, tan solo agua salada
En el lugar donde los peregrinos queman sus ropas
El final de la tierra
EL FINAL
Ya hemos pasado nuestra ultima noche en el albergue de Finisterre... Con "La Fisterra" en nuestro bolsillo nos dirigimos al autobus que nos llevará de vuelta a Santiago. Anoche me encontré por ultima vez con Jaime y auque el reencuentro fue muy agradable tanto por su parte como por la nuestra, las palabras estaban cargadas con un tinte de despedida y de nostalgia, como nostalgia siento al pensar en todos los lugares y personas que hicieron de mi aventura algo realmente especial....
Mi vida es complicada y aunque este viaje no resolvió ninguno de mis problemas, sin embargo si que fue un paréntesis en ellos y al menos los disipó en gran medida. Gran culpa de ello la tuvieron las personas que se me cruzaron en el Camino. No me queda por ello mas remedio que dedicarles un grato recuerdo a todos, a absolutamente todos ellos: Al Churu, Jose Luis de Gijón, Patxi de Deba, Al Padre Ernesto Bustio,, al ciclista con tatuaje en la piernas, a nuestro hospitalero de Almuña, al ciclista catalán, a Jaime, al Brasas, al otro Jaime , a Toño el italiao, a Luna, a Manchitas..., y por supuesto a Aurora.
Entre la vorágine de problemas que me atenazaban a mi partida, montado en mi bici y subiendo un empinadisimo puerto, pude comprobar que en plena subida, cuando los pulmones queman y el corazón está a punto de explotar, no existe mas problema que el llegar al final de la cuesta....
EL CAMINO SIEMPRE ES UNA BUENA IDEA........