lunes, 10 de marzo de 2014

"EL CAMINO FRANCES"

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      LA RUTA: Roncesvalles- Santiago de Compostela- Finisterre.

      KILOMETRAJE: unos 900 kilometros.

      EPOCA: primeros de octubre. Nosotros empezamos el Camino del 2 de octubre y tuvimos un tiempo magnifico salvo 3 ó 4 días que nos llovió. Temperaturas agradables, teniendo que echar algo de abrigo para las primeras horas de la mañana que suelen ser frías

      PERNOCTAS: siempre dormimos en albergues de peregrinos, estando sobradamente dotado de ellos todo el Camino. En verano e incluso primavera, suelen estar bastante llenos y puede haber problemas de plazas, pero en octubre de 2006 la afluencia de peregrinos no era muy elevada, por eso es mejor evitar las épocas de masiva afluencia de viajeros.

      EQUIPAJE: es recomendable llevar lo mínimo imprescindible y si algo nos hiciese falta, adquirirlo en cualquiera de los numerosos pueblos y localidades por donde se pasa. Al ser nuestra primera gran ruta en bici, nos pasamos con el peso y nos dimos cuenta que podríamos haber prescindido de algunas cosas.

     COMIDAS: nosotros comprábamos los víveres en las tiendas de las localidades por las que pasábamos. En la mayoría de los albergues suele haber cocina, de esta forma vuestro viaje os saldrá mucho mas económico que si comieseis de restaurantes.

      HORARIOS: de una forma aproximada, al principio de cada etapa indicamos el kilometraje y las horas que invertimos en la misma. Pueden parecer excesivas, pero tenéis que tener en cuenta que llevamos alforjas, paramos para descansar, comer etc..., y sobre todo, hacemos todo el itinerarios por el trazado oficial siguiendo las flechas amarillas y no abandonándolo nunca. Este hecho hace que en muchos momentos del día nos tengamos que bajar y llevar nuestras bicis de la mano. La opción de evitar los tramos no ciclables y hacerlos por carretera, se convierte en una autentica tentación cuando vas muy cansado, pero de esta forma se pierde toda la sustancia del Camino.




      UNA LEYENDA FORJADA PASO A PASO

      El "Camino Francés" fue mi primer Camino y en mi opinión debería de ser el primero de todo el que entra en este mundo. No es tan bello como el "Camino del Norte", pero en contrapartida no es tan duro y cuenta con un embrujo y una magia de la que carecen los demás, al estar su trazado repleto de simbologia, leyendas, enclaves, edificios y monumentos inspirados en la peregrinación jacobea.

      Si el "Camino del Norte" es la plasticidad y la belleza, el "Camino  Francés" representa el mito y la leyenda.
                                               "La Cruz de Ferro": un hito en el Camino    




                                                    EL VIAJE A RONCESVALLES



      Salimos de Talavera de la Reina en el coche de rosita, a la que hemos liado para que nos lleve a Madrid con las dos bicis colgando del vehículo con un artefacto comprado a última hora. De milagro llegamos a la capital sin perder nuestras monturas por el camino y ya en la estación de autobuses de Madrid, una vez facturadas las bicis conocemos a Miguel, el cuál también tiene intención de hacer un tramo del "Camino", pero a pié. Llegamos los tres a Pamplona donde cogemos otro bus a Roncesvalles. El vehículo va bastante petado de peregrinos con el consiguiente follón de mochilas y bicicletas. Una vez llegamos a nuestro destino, Miguel traza un plan con el fin de no perder tiempo y no quedarnos sin plaza en los albergues (en Roncesvalles hay dos). Yo no veo la necesidad de dicho plan que consiste el mandar a Aurora a por las credenciales a la oficina del peregrino, mientras nosotros esperamos a que abran la bodega del bus y sacar rápidamente nuestros equipajes. Abren las bodegas y Miguel como poseido por el mismisimo diablo, se lía a sacar y tirar a la calle, ruedas, cuadros de bicis, petates, mochilas, etc..., con el consiguiente cabreo de tropecientosmil guiriperegrinos que en diferentes idiomas vocean, blasfeman y amenazan sin parar. Las cosas no pintan bien para nosotros, sobre todo para mí, que con los brazos caidos y mirando como un pasmarote, veo a Miguel como hace frente a semejante horda saliendose finalmente con la suya. Una suerte para los guiris que Miguel tenga sesenta años.... Bonito aterrizaje en el "Camino", acabo de llegar y casi me devuelven a mamporros a Talavera. Por cierto, en los albergues sobraban muchisimas plazas.....
      Al día siguiente cuando pedaleaba en mi bici, pude despedirme de Miguel, el cuál estaba discutiendo con varios peregrinos a los cuales tenia firmes junto a un roble del camino: genio y figura....


                                     1ª ETAPA: Roncesvalles-Pamplona (45 km y 5.5 horas)




      Roncesvalles es un anacronismo en el tiempo, el cuál parece haberse detenido en este mágico enclave situado al pié mismo del Pirineo. Tras el incidente originado por nuestro amigo Miguel y tras instalarnos cómodamente en una amplia habitación ubicada en el antiguo hospital de peregrinos, nos damos una rápida ducha y salimos a la calle. En la oscuridad de la noche y paseando por este singular lugar, no es necesaria mucha  imaginación para rememorar a los antiguos peregrinos bajando del vecino pirineo, huyendo del frio y los lobos y agrupándose en busca de la calidez y seguridad que proporciona el albergue. A veces detenemos nuestro paseo y en el silencio creemos escuchar el sordo rumor de los pasos de los millones de viajeros y peregrinos, que a lo largo de la historia han dejado sus huellas sobre estas desgastadas piedras.
      En la pequeña colegiata de Roncesvalles, sobre las ocho de la tarde, asistimos a la celebración de una misa en la que tradicionalmente un viejo sacerdote de aspecto bonachón oficia la ceremonia en varios idiomas, bendiciendo a los viajeros que al amanecer comenzaran la gran caminata .La ceremonia es emocionante...
      A las nueve de la mañana y tras devanarnos los sesos con objeto de reducir al máximo nuestras pesadas alforjas, dejamos en el albergue lo mas prescindible. Nuestro equipaje sigue siendo muy pesado y a pesar de ello comenzamos el viaje.
                                                         Nos desean suerte en el Camino



                                             Las primeras pedaladas son de autentico hechizo



                                            Una vista atras para despedirnos de Roncesvalles



     Seguimos por zonas verdes del norte de navarra y lo que vemos es un deleite para los ojos. El largo y llano sendero que entre arboledas d evora los kilómetros, empieza a dejar de ser llano para ir dando paso a una serie de vaivenes que empiezan a calentarnos las piernas; pese a todo el paisaje sigue siendo precioso. Pronto estamos a los pies del alto de Mezqueriz, donde en una bajada me patina la rueda en la húmeda hierba y  me arreo un talegazo de consideración. Pasamos el alto mencionado sin mayores problemas y tras pasar por El Espinal y otros pueblos con muchisimo encanto, nos juntamos con dos Vascos para comenzar en ascenso al Alto de Erro. El alto de Erro tiene algunas zonas no ciclables que obligan a bajarnos de las bicis, el ascenso es duro pero de tanta belleza que parece que nos desplazamos atraves de un cuento de hadas. Los cuatro llegamos a Larrosaña, donde los vascos al darse cuenta del tiempo y esfuerzo que supone circular con las bicis por el trazado oficial marcado por las flechas, deciden salirse a la carretera y continuar por ella el Camino, del mismo modo que han hecho el resto de bicigrinos que salieron de Roncesvalles.
      De Larrosaña a Pamplona, tenemos un recorrido de unos quince kilometros salpicados de mutiples cortas subidas y bajadas y zonas no ciclables que salvamos como podemos. Pasamos alguna localida, y sobre las 14:30 estamos ascendiendo las duras rampas que dan paso al casco antiguo de la ciudad para llegar al albergue.
                                                                     Peregrinos a pié



                                                               A lo lejos Pamplona



Pamplona



      De camino a Pamplona nos cae un autentico diluvio y para colmo se me ha averiado el freno delantero. La bici va todo el tiempo frenada con lo cuál, cuando comienzo un ascenso desconecto el cable de las zapatas y cuando desciendo lo vuelvo a conectar bajando todo el rato frenado, para volver a desconectar de nuevo en el llano. El  problema es que al descender se me olvida hacer la operación anteriormente señalada, con lo que bajo a tumba abierta y a punto estoy de romperme la crisma. Ya en la ciudad, decido buscar una tienda de bicis, arreglar el freno y comprar un par de cascos que no llevamos: "intuyo que esta no será la ultima vez que nuestra crisma corra el riesgo de estamparse contra el camino..."



                                               2ª ETAPA: Pamplona-Estella (50km y 5 horas)



            Salimos de Pamplona a primeras horas de la mañana tras dar algún que otro rodeo por la ciudad, hasta poder salir de ella por el trazado de la flechas amarillas. Proseguimos nuestro camino alternando inicialmente el asfalto con los caminos de tierra. Comienza una subida que nos pasa por Cizur Menor y continuamos por zona rural que poco a poco va ganando altura hacia el "Alto del Perdón". El camino de tierra es bueno y comenzamos a buen ritmo, al poco aumenta la inclinación y ya no avanzamos tanto, para llegar un momento que se endurece de veras y un barro pegajoso nos impide dar una sola pedalada y nos obliga a ir con la bici de la mano, desprendiendo con un palito el barro que bloquea continuamente el paso de rueda y que como cola de pegar la impide rodar. El avance es lento y agotador; al principio tan solo protesto, sigo lanzando algún que otro improperio contra el dichoso barro y cuando llego a la cumbre lo hago blasfemando en un buen castellano que saca de su mutismo a los peregrinos allí congregados y que en silencio estaban sacando unas fotos.
                                                           Camino del Alto del Perdón



                                               Paisajes verdes de la primera parte de la etapa



                                                                   El Alto del Perdón



      El "Alto del Perdón" es uno de los lugares emblemáticos del Camino; en su cumbre hay unas siluetas metálicas que representan peregrinos y desde él se puede divisar una amplia extensión de campos de labor y Pamplona en la lejanía.
      El descenso lo hago por una empinada pendiente repleta de enormes pedrolos que amenazan con chafar mi flamante casco nuevo. Un cicloaventurero mexicano que nos acompañó en la subida, decide bajar por carretera y así regresar a su país de una pieza.
      De camino a Puente La Reina decidimos apartarnos unos cinco kilómetros de nuestro trazado, para visitar el templo de Nuestra Señora de Eunate. Este templo es de construcción templaria y es muy singular; detenerme en el centro de su pequeña nave octogonal, me provocan una sensaciones increibles, probablemente sugestionado por la atracción que siento por la orden de los templarios y todo los relacionado con ellos. Proseguimos el camino hasta retomar el trazado oficial y llegar sin incidencias a "Puente La Reina".
                                                           Bajando del Alto del Perdón



                                                                      Campos verdes



                             
                                                                     Puente la Reina



                                                                            El Camino



                                                         Interior de Ntra Sra de Eunate



Ntra Sra de Eunate




Puente la Reina



       Salimos de Puente la Reina y comienza un terreno rompepiernas que sin contar con largas subidas, si tiene constantes repechos que en ocasiones hacen que nos bajemos de nuestras monturas y que  nos llevan a Estella y su albergue.




                                                                             Estella



A la puerta del albergue de Estella


EL ALTO DEL PERDON
"DONDE SE CRUZA EL CAMINO DEL VIENTO CON EL DE LAS ESTRELLAS"


      Este alto es uno de los punto emblemáticos del Camino. En el siglo XIII, en su cumbre se levantaba la ermita de la Virgen del Perdón junto con un hospital de peregrinos. El caminante que llegaba a este lugar, obtenía la misma gracia que ha su llegada a Santiago y era como una especie de anticipo por si enfermaba o moría en el Camino.
      Cuenta la leyenda, que a su cumbre llegó un peregrino tan agotado y sediento, que fue tentado por el demonio, el cuál le ofrecía una fuente de aguas cristalinas a cambio de que renegase de Cristo. El caminante hizo caso omiso y calló desfallecido, marchandose el maligno grandemente decepcionado. Como premio a su fe, el apostol Santiago se le apareció al peregrino, haciendo brotar de entre unas piedras la que desde entonces sería llamada:"Fuente de Reniega".


                                         DIFERENTES FOTOS DEL ALTO DEL PERDON




3ª ETAPA: Estella-Logroño (38 km y 4 horas)




      Salimos de Estella y al poco por terreno ascendente llegamos a Irache y su monasterios románico, pasando por la fuente del vino poco antes. Esta fuente mana constantemente vino día y noche, con lo que paramos a llenar los botellines de las bicis, de tan preciada bebida isotónica.. Seguimos por terreno no demasiado duro aunque sí incomodo, pues en varias ocasiones deberemos de bajarnos de nuestras bicis y pasamos por algunas localidades como Los Arcos, Sansol y llegamos a Torre del Rio, donde paramos a hacernos un bocata. Llegar a Logrono pasando por Viana será un mero tramite. La etapa se nos ha hecho cómoda y alegre, probablemente en ello haya tenido que ver el vino que llevamos en nuestros botellines...
                                                               Camino de Logroño



                                                            Fuente del vino en Irache



                                            Fuente de los moros antes de llegar a Monjardín



Camino de Torre del Rio


      Una vez en Logróño y tras un puente sobre el rio Ebro, llegamos sin mayor contratiempo a un bonito y amplio albergue en el cuál había bastante publico.
      En el amplio comedor del albergue de Logroño y mientreas me preparo la cena, conozco a Heidi. Heidi es una alemana simpática y parlanchina que con graioso español me propone irnos juntos a tomar unas copítas a la discoteca. Me lo pienso hasta tres veces..., y finalmente declino la invitación. Cuando me voy a mi litera, la veo flirteando con un peregrino que acaba de llegar. Paso a su lado guiñandola un ojo y deseándola suerte.
                                                                           Logroño



                                                          Una de las plazas logroñesas



                                                     Frontón de la catedral de logroño



Logroño



4ª ETAPA: Logroño-Redecilla del Camino (61 Km y 7 horas).



      Salimos de Logroño y por terrenos cómodo con alguna que otra rampa llegamos a Nájera, donde nos preparamos un tente en pié en un parque junto al rio Najerilla. Nada mas salir de la ciudad nos espera una empinada subida por camino de tierra, la cuál nos da acceso a amplios y llanos campos cubiertos por millares de vides..., estamos en la Rioja. Se nos unen un par de hermanas que salieron de Pamplona y  que también quieren hacer el Camino siguiendo las flechas amarillas por el trazado oficial. Tras varios pinchazos y otros tantos dolores de barriga provocados por la masiva ingesta de sabrosisimas y gratis uvas, llegamos a Santo Domingo de la calzada donde los cuatro paramos a comer.
                                                 Pasando por Santo Domingo de la Calzada



Curiosa pila bautismal en Redecilla del Camino



5ª ETAPA: Redecilla del Camino-El Hornillo (82Km y 1o horas)



   Nos espera una larguisima etapa en la que salvaremos los Montes de Oca y la Sierra de Atapuerca. Tras despedirnos de nuestras dos hermanas, que han decidido utilizar la carretera en aquellos tramos del Camino que estén embarrados o que sean inciclables, comenzamos a pedalear a primeras horas de la mañana. Al principio el camino es bastante comodo si no fuese por algunas zonas embarradas, hasta llegar a Espinosa del Camino, localidad que es la autentica llave a los Montes de Oca. Desayunamos con objeto de reponer fuerzas para salvar los duros montes que nos esperan. Comenzamos con duras rampas que en oasiones nos obligan a echar pié a tierra. En algunas zonas hay barro, y eso hace que el ascenso sea mucho mas duro, pero deambular poe estos solitarios parajes es una autentica gozada. Los Montes de Oca, al igual que otros pasos de montaña, era zona habitual de actuación de los salteadores de caminos, que valiendose de la inferioridad de los peregrinos les sustraian sus escasas posesiones llegando en algunos casos al asesinato. Esto obligaba a los viajeros a agruparse en grandes grupos para protegerse. Sea como fuere, los Montes de Oca me parecen una de las zonas más bellas del Camino Francés. Una vez llegamos al punto más alto, nos espera una larga y vertiginosa bajada por una amplia pista de tierra, en la que paramos a coger unas setas que prepararemos más tarde en la cena, y así, a gran velocidad llegamos a San Juan de Ortega.
                                          Buscando setas para la cena en los Montes de Oca



                                                                Un alto en el camino



                                                              Preciosos bosque de pinos



                                                                    Mas de lo mismo



                                                  Una buena pista acciende a los montes









      San Juan de Ortega, es una bellisimo pueblecito con un precioso monasterio, en cuyo interior está uno de los albergues con más hechizo de todo el Camino.
                                                       Interior de la iglesia de San Juan




Iglesia de San Juan.



Salimos de San Juan a buen paso para pasar por varios pueblecitos que nos llevan a Atapuerca. Cruzar la sierra de Atapuerca no se hace demasiado duro, si bien no queda mas remedio que caminar puesto que las bicis son incapaces de rodar por trialeras cubiertas de piedras sueltas. Culminamos en un lugar en el que se alza un mojón de piedras sobre el que se levanta una cruz. Desde aquí las vistas son magnificas pudiéndose divisar Burgos en la lejanía.
                                                       Culminando la sierra de Atapuerca



Hacia Burgos



                                                           La preciosa catedral de Burgos



El Camino pasa junto a la catedral



Rabé de las Calzadas



                                                         Camino de Hornillos del Camino



Se nos hace tarde


     Antes de entrar en Burgos hay que pasar por un largo y tedioso polígono industrial. Una vez en Burgos nos compramos un par de chuletones para cocinarlos en el albergue, pero cuando llegamos resulta que no hay cocina, con lo cuál tenemos que salir a escape en busca de un pueblo que tenga albergue con cocina. Después de mucho pedalear llegamos a Hornillos del Camino, donde nos recibe un anciano hospitalero que se dedica a flirtear con dos japonesitas: -¡¡hay si tuviese veinte años menos....!! las decía el susodicho. Nos instalamos y nos apretamos un par de chuletones acompañados con las setas recogidas en los Montes de Oca.



                             6ª ETAPA: Hornillos del Camino-Calzadilla de la Cueza (84Km y 8 horas)




      Se nos presenta una etapa relativamente cómoda en la que abundan las llanuras y los campos de labor. Pedaleamos tranquilamente por un paisaje en el que se puede ver a varios peregrinos en la lejanía y llegamos a Castrojeriz para seguir por una empinadísima cuesta que nos pondrá las pilas y que será la única dificultad reseñable del día. Algún tiempo más de pedaleo nos llevará con comodidad a Frómista donde comemos y paramos a visitar su celebre iglesia de estilo romanicó, Pasamos por varias localidades y finalmente un andadero nos lleva a Carrión de los Condes para un poco más allá tomar un amplio camino prácticamente recto y llano, repleto de piedras sueltas que harán vibrar terriblemente nuestras bicis para tormento de nuestras posaderas. Llegamos por fín a Calzadilla de la Cueza donde hay un gran albergue con un magnifico patio donde dejar las bici.
                                               Las llanuras predominaran en la etapa de hoy



                                                                           Más llanuras



                                                     Iglesia de San Martín de Fromista
                                                     


                                                                              Fromista



      El albergue de Calzadilla de la Cueza, en 2006 cuando pernoctamos allí, estaba regentado por un chico brasileño que había dejado su país para vivir en el Camino regentando este albergue de peregrinos.



                                                    7ª ETAPA: Calzadilla de la Cueza-León (77 km y 8 horas).



      De nuevo tenemos ante nosotros una etapa predominantemente llana y con cómodo firme, sin que ello quiera decir que la misma deje de estar jalonada de suaves subidas y bajadas que sin darte cuenta llegas a León con las piernas más castigadas de lo que debieran. Pasamos por varios pueblos a buen ritmo, sin que recuerde que haya mayores problemas para el pedaleo. Antes de llegar al Burgo Ranero, el avance se hace un poco más trabajoso debido a un firme arenoso en donde se atrancan las ruedas, pero al poco ya estamos en esta localidad donde entramos en una tienda a comprar provisiones. Una vez en la tienda y mientras esperamos a pagar al tendero, tras nosotros vemos a un sujeto la mar de llamativo: lleva una camiseta negra con las mangas cortadas pese al fresco de la mañana, saca pecho como si de un pavo real se tratara y sobre ese mismo pecho, luce un colgante de fabricación casera del que pende uno de esos esqueletos metálicos que se colgaban antaño del retrovisor del coche de aquellos que no temían al ridículo. El susodicho muestra unos ojos relucientes y ausentes que le transportan a algún lugar fuera de este mundo y al vernos nos saluda atentamente con una fina voz que no encaja con su aspecto. Poco mas tarde, cuando junto con otros peregrinos dábamos buena cuenta de un bocata en un cercano parque, nuestro rambo particular se dedicaba a propinar patadas a una cabina telefónica que al parecer le había causado una grave afrenta. Una viejecita del lugar que pasaba por su lado, murmuro su nombre y moviendo la cabeza con resignación se marchó del lugar....
                                                       Amanece y ya estamos en marcha



                                                       La impresionante catedral de León


      Llegamos a León y nos dirigimos al albergue donde pernotaremos. Se trata de un convento de monjas en el que nada más entrar debemos de ponernos una mascarilla facial y rociarnos de insecticida para prevenir una plaga de chiches que días antes había asolado el albergue. Dejamos nuestras bicis en un amplio patio y al poco conocemos a Sauro: Sauro es un italiano de 52 años, simpático y locuaz, nos  cuenta como desde hace años se dedica a viajar por todo el mundo con su bici, después de Santiago viajará a Finlandia posteriormente a Camboya y viene de Escocia.




                                                            8ª ETAPA: León-Astorga (48 km y 4 horas).



      Corta y cómoda etapa que utilizamos como jornada de descanso con el fin de dar un poco de descanso a mi rodilla izquierda que llevo bastante dolorida e inflamada.
      El trazado es bastante rápido al transcurrir gran parte de la etapa por la cuneta de una carretera nacional y que la hace también la jornada más fea de todo el Camino a la par que peligrosa.
      Poco hay que comentar, salvo el paso del rio Órbigo a la altura de Hospital de Órbigo, por un puente que cuenta con una curiosa leyenda que mas tarde explicaremos.
      A la salida del pueblo se plantean dos posibilidades: seguir por el andadero paralelo a la carretera, o seguir por un trazado rural entre encinas y robles que nos pasará por  Villares de Órbigo y Santibañez de Valdeiglesias. Elegimos la segunda opción llegando a Astorga sin mayores problemas.
      Astorga tenía mucha importancia en la antigüedad, en parte debido al trasiego de los peregrinos que procedían de todos los ramales del Camino, pero especialmente del "Camino Francés" y la "Vía de la Plata", tanto es así, que llegó a tener casi 30 hospitales de peregrinos.
                                                 Vista lateral de la catedral de Astorga



                                                             Frontal de la catedral





                                                    La bonita plaza mayor de Astorga



                   EL LEGENDARIO PUENTE DEL PASO HONROSO SOBRE EL RIO ORBIGO




      La fama de este puente de piedra de 19 arcos, se debe a la hazaña que según la leyenda protagonizó en 1434 Don Suero de Quiñones, quien para conquistar el corazón de su amada, Dña. Leonor de Tovar, el caballero ofreció al apóstol proteger el puente de todos los nobles que que lo intentasen atravesar. Durante dos semanas, don Suero y sus caballeros vencieron a casi 70 caballeros de distintas nacionalidades que intentaron cruzar el puente.



                                                   9ª ETAPA: Astorga-Ponferrada (55 km y 10 horas)




      Interesantisima y bellisima etapa que salvando puertos y zonas agrestes nos llevan a Ponferrada. Dejamos atrás las llanuras castellanas y entramos en una etapa marcada principalmente por la subida al Monte Irago de la Edad Media, tan temido por los peregrinos por su abundancia en bandidos y salteadores de caminos.
       Iniciamos la etapa y la lluvia nos obliga a ponernos los trajes de agua. En terreno ascendente y alternando la tierra con el asfalto, llegamos a Rabanal de Camino, autentica puerta del "Monte Irago".Aquí, los antiguos peregrinos pasaban noche antes de emprender la travesía de los montes leoneses, agrupándose en grandes grupos para evitar el ataque de los saqueadores. Desde la "Encomienda Templaria de Ponferrada", sus caballeros vigilaban los caminos y protegían a los viajeros de los posibles peligros.
       En Rabanal paramos a calentar el cuerpo y estirar las piernas. Entramos en una iglesia donde unos arqueólogos que estaban trabajando nos echan del lugar, no sin que antes podamos ver una excavación hecha en el centro del templo donde vemos tres esqueletos humanos. Tras preguntar, nos comentan que en la antigüedad no eran raros los enterramientos en las iglesias. Sellamos la credencial en el albergue y seguimos nuestra subida al Monte Irago.
       La subida es dura pero apasionante. Además de la belleza del paisaje, los lugares están repletos de una enorme carga emocional: estamos en tierra de templarios, eremitas, salteadores de caminos... Parece que estuviésemos dando un paseo por la historia si no fuese porque de vez en cuando vemos algún tramo de una carretera poquisimo frecuentada por el trafico.
      Llegamos a Foncebadón, donde paramos en una hospedería a tomar un caldo. Foncebadón fué un prospero pueblo en la Edad Media, al cuál le fueron concedidos multiples fueros y beneficios. Con la perdida de auge del Camino de Santiago, este enclave fué perdiendo importancia hasta finalmente quedar abandonado. En la actualidad ( año 2006), tiene un albergue que abre en verano y también cuenta con una preciosa hospedería.                                                                                                                                          Seguimos ascendiendo y por fin llegamos a la "Cruz de Ferro"... Este humilde cruz levantada en lo alto de los montes leoneses, representa uno de los más importantes enclaves del Camino. Llegamos entre la niebla y la lluvia.... Estamos solos y el ambiente es tan irreal que nos remonta a las épocas en que los peregrinos llegaban a este lugar y a los pies de su cruz dejaban algún pequeño objeto traido de sus lugares de origen, como ofrenda al apóstol por haber llegados sanos y salvos a tan emblemático paraje
       Comenzamos el descenso y al poco llegamos a Manjarín: antigua y abandonada aldea solo habitada por Tomás y sus tres compañeros. A la puerta de su curioso albergue, siempre hay una cafetera de humeante café para que el peregrino mitigue los frios de la montaña. Los habitantes de este pintoresco albergue dicen que son los últimos templarios del lugar y en cierto modo así es, al velar por la seguridad del peregrino cuando las condiciones meteorológicas se ponen duras en estas montañas.
      
                                                            Torre de la iglesia de Rabanal



                                                      Sellando y calentándonos en Rabanal



                                                                  Los montes de León                                                    



                                                             Foncebadón en la niebla
                                                                        Foncebadón



                                           Llegando a la "Cruz de Ferro" junto a la carretera



                                                 La "Cruz de Ferro" y a sus pies los objetos
                                                           dejados por los peregrinos


                                            Muy guapete a la puerta del albergue de Manjarín



      Seguimos descendiendo y retomamos los senderos y trochas señalizados por las lineas amarillas, Pasamos por pueblecitos de gran encanto como "EL Acebo", mientras que el trazado oficial nos obliga a descalzarnos para pasar un riachuelo y nos lleva por terreno mas propio para cabras que para ciclistas. Llegamos a Ponferrada tras una agotadora etapa que se nos hace un poco larga.
                                                 El castillo templario de Ponferrado y abajo
                                           las vieiras y flechas amarillas indicadoras del Camino



Por las calles de Ponferrada


MANJARIN: UNA DE PEREGRINOS, DE TEMPLARIOS Y DE MAGIA



      Manjarin es una pequeña y abandonada aldea ubicada prácticamente en la cima de los "Montes de León". En dicho enclave tan solo habitan Tomás y sus tres compañeros, los cuales, ataviados con ropas templarias dicen ser un resurgimiento y por tanto sucesores de los caballeros guerreros protectores del Camino. Nada más llegar, pasmados de frio por un viento que arrecia y un cielo que llora agua nieve, vemos a la puerta del albergue una humeante y caliente cafetera de la que nos servimos un par de tazas que nos calientan el cuerpo. Penetramos en el interior de este pequeño y pintoresco albergue en el que vemos multitud de objetos relacionados con la orden del temple, mientras que Tomás y sus caballeros nos dan la bienvenida. A un lado de la estancia, un individuo vestido con pantalones de pinza color crema, zapatos castellanos y chupita de cuero negra ( en lo alto de un puerto de montaña en el que casi está nevando), impone sus manos sobre las frentes de dos chicas con aspecto extranjero, mientras emite una serie de palabras ininteligibles para mí y seguramente que para el resto de los presentes. Le pregunto y me dice que acaba de liberar de malos espíritus a las dos zagalas que ahora le miran con gratitud con ojos abiertos como platos. A continuación, el susodicho empieza a proferir en voz alta una especie de salmo que soy incapaz de entender (ni creo que nadie lo entendiera incluido el autor) y que a punto está de arrancarme una sonrisa, pero al ver la seriedad y solemnidad con que el resto de los asistentes siguen la ceremonia, procuro ser lo más respetuoso posible. Al fin y al cabo: ¿quien soy yo para pretender saber que es lo cierto y que lo erróneo, cuando ello a veces ello tan solo depende de las convicciones que habiten nuestras cabezas?
      Me despido de "Los Caballeros Templarios" y mentalmente les deseo buena suerte...



10º ETAPA: Ponferrada-O´Cebreiro ( 50 km y unas 6 horas)




      Después de la dura etapa de ayer, la primera mitad de la de hoy hasta Villafranca del Bierzo, se hace bastante cómodo por terreno con alguna que otra subida, si bien bastantes suaves. Pasamos por tierras de vides, el sol calienta la mañana y las castigadas piernas de los ciclistas tras la etapa fria y dura del día anterior. Así sin mas, llegamos a Villafranca y antes de pasar por esta bonita localidad del Bierzo, paramos en el  templo románico de Santiago con su famosa Puerta del Perdón, la cuál recibe este nombre al conceder el Papa Calixto III al santuario, el privilegio de conceder al peregrino el mismo perdón que al llegar a Santiago en los casos de enfermedad.
                                                       Iglesia románica de Santiago



Su celebre puerta del perdón


                                                  A nuestro paso por Villafranca del Bierzo



      Seguimos nuestro periplo por las mágicas y misteriosas tierras del bierzo, pasando por varios preciosos pueblecitos y rodando por senderos pistas y caminos repletos de robles y sobre todo castaños que tapizan el camino con sus punzantes frutos.
      Poco a poco nos vamos aproximando a Galicia y el camino se va empinando y poniendo cada vez más duro,hasta llegar a los pies del O¨Cebreiro.

                                Las mágicas tierras del Bierzo se aproximan cada vez más a Galicia



                                                             El O´Cebreiro ya está cerca
 


      Comenzamos la subida a O´Cebreiro y para ello podemos elegir dos opciones: la primera consiste en seguir por carretera y subir por donde suben todos los ciclistas con sentido común y la segunda opción, que acciende por la Faba y en el que en un buen trecho vamos a tener que ir alzando nuestras bicis por encima de los pedrolos que tapizan la subida. Elegimos la segunda opción y comenzamos a pié por un tramo agotador que nos lleva hasta La Faba, donde paramos a echar un bocata y reponer fuerzas. Seguimos la ascensión aunque ahora nos permite rodar algunos trechos sobre las bicis. A medida que cogemos altura, la subida se va haciendo mas humana y sin darnos cuenta ya estamos en la cima.
                                                   Al final la subida se hace mas humana



                                                          Santa María de O´Cebreiro



                                                                   
                                            
                                                Las preciosas calles de piedra del O´Cebreiro

 


   
                                                            Calles impregnadas de historia


                                           
                                                          Bonitas vistas desde la cima del puerto



      El O´Cebreiro es una bonita aldea construida en piedra en lo más alto del primer puerto gallego del Camino Francés. El peso histórico de este enclave, unido a la belleza paisajistica y a su ubicación en lo alto de una montaña, le otorgan un carácter emblemático y único.



                                                11ª ETAPA: O´Cebreiro-Sarriá (48 km y 5.5 horas)



      Abandonamos las mágicas tierras maragatas para internarnos definitivamente en tierras gallegas. Dejamos a nuestra espalda O´Cebreiro, para comenzar la subida al Alto de Poio. La subida acaba de calentarnos después de un frío amanecer en lo alto del puerto del que partimos. Tras tenernos que bajar de nuestras bicis como consecuencia de la imposibilidad de rodar con ellas, llegamos a la cima del Alto del Poio para continuar con una trepidante bajada por asfalto en la que tendremos que tener sumo cuidado con el trafico. La etapa hasta Sarria viene marcada por el paso de zona boscosas muy densas, las cuales atravesamos por las aquí llamadas corredoiras, algunas de las cuales se encuentran encharcadas. Llegamos a Sarriá sin ningun tipo de incidencias y a una hora más que razonable. Sarria cuenta con un bonito albergue en el centro del casco urbano.

                                                          Las frondosas sendas gallegas


                                                                 Aquí todo es verde



                                                                     El camino sigue



                                       Una concha en el camino nos indica la dirección a seguir



                                                              Un peregrino caminando



                                                                Galicia siempre verde


                                                                              En Sarriá
                                                                                                 


                                                12ª ETAPA: Sarriá-Melide ( 60 km y 7 horas)     


      Seguimos en Galicia y por lo tanto las etapas siguen siendo un laberinto de aldeas, cruces de caminos, corredoiras y difíciles trialeras de subida o bajada. A veces, bajar por determinados lugares entre la vegetación salvaje, las piedras y la inclinación del terreno, se convierte en un autentico ejercicio de equilibrio y habilidad, si bien, a estas alturas del Camino, llevamos tantísimas bajadas que nos hemos convertido en unos figuras. En una fácil  y amplia bajada entre pinos camino de Portomarín, Aurora coge un gran agujero en la pista dando con sus huesos en el suelo, comprobando así las bondades del flamante casco comprado en Pamplona, el cuál queda bastante magullado y nos da una idea de como podría haber quedado la cabeza en el caso de su ausencia. El manillar de la bici queda seriamente doblado siendo impracticable la conducción, razón por la cuál tenemos que subir a Portomarín para que un herrero a base de fuego y martillo lo enderece en lo posible.
      La etapa se nos está haciendo demasiado larga y al retraso sufrido por la reparación de la bici de Aurora, hay que unir la acumulación de días y kilómetros, además de mi rodilla hinchada que cada vez me duele más y que lleva así desde antes de llegar a León. Pese a todo, por la tarde llegamos a Melide y a su amplio albergue.

                                                       Atravesando un pequeño riachuelo



                                  La niebla se alza entre bosques de pinos poco antes de la caída



Las corredoiras gallegas



Cruceiro gallego 

           

                                                13ª ETAPA: Melide-Monte do Gozo (55 km y 7 horas)



      Salimos de Melide en una mañana de frio y niebla. Llevo la rodilla cada vez más hinchada pero Santiago está cerca y ya tendré tiempo de recuperarme cuando llegue a casa. La etapa no sería dura si no fuese por lo mermadas que llevamos las fuerzas. Vinimos al Camino en bici sin tener ni idea de pedalear (antes no montábamos) y creo que hemos abusado de desarrollo, siendo el producto de ello mi maltrecha rodilla y las cada vez más mermadas fuerzas. La etapa es una sucesión de pequeños repechos que se van dando lugar a lo largo de todo el trayecto. No son duros ni tampoco largos, pero a estas alturas del viaje se empiezan a hacer largos. Galicia me sorprendió al estar tapizada de robles y sobre todo de castaños, pero según nos acercamos a Santiago, empieza a estar repoblada por un sin fin de eucaliptos. Atravesamos bosques de estos últimos arboles y de vez en cuando estos bosque dan paso a luminosos praderios verdes donde pastan las vacas y sobre cuya hierba nos detenemos a prepararnos algo de comer. El paisaje es idílico y nuestra meta debe de estar cerca: adelante pues.....
      Llegar a Monte de Gozo se hace más duro de lo pensado. Justo antes de llegar, hay una serie de cortos pero duros repechos que hacen que nos quemen las piernas. También tenemos que portear, aunque la ultima vez que pasé por aquí con mi bici en 2013, comprobé que el camino había sido ensanchado y hecho ciclable. Por fín llegamos a Monte do Gozo donde nos esperan multitud de pabellones que hacen las veces de albergue, también cuenta con lavandería para asear la ropa y cafetería.
      En Monte do Gozo conocemos a dos cicloperegrinos que vienen de hacer la vía de la plata. Uno de ellos es flaco y fibroso como el tronco de una vid. Lleva sobre la cabeza una gorra de explorador y escrita en la cara con tinta invisible la palabra: "Tipo Duro". Tras preguntar a su amigo, me dice que realmente es un elemento de cuidado que ha hecho en bici gran parte de las más duras rutas de España, incluido el tramo navarro y aragones de la traspirenaica. Esto no parece gran cosa si tenemos en cuenta la cantidad de gente que hace esta ruta completa, incluyendo el tramo catalán, pero la mayoría viaja prácticamente con lo puesto y una buena cartera, mientras que el tipo este, había viajado con alforjas, comida, agua,  gas, saco, tienda de campaña etc....

                                                    La caminata pronto llegará a su fín



                                              Idilicos prados donde parar a echar un bocado



                                                       La bici descansando junto a un arbol
 


                                                Los verdes y amplios prados se alternan



Por el paso por tupidos bosques



Y estrechas sendas



                                        EL CICLOPEREGRINO Y EL PERRO VOLADOR



      Circulaba tranquilamente con mi bici por una estrecha pero cómoda senda entre un denso bosque. Al poco comenzó una inclinada bajada cubierta de piedras que llevaba directamente a un pequeño pueblo. La bajada transcurría paralela y a pocos metros de la tapia de un cementerio. Bajaba a gran velocidad cuando un enorme perro que parecía un extraño cruce de mastín y galgo, apareció en lo alto de la tapia de unos tres metros de alta. Coindió que cuando el perro saltaba de la tapia al suelo, yo pasaba justo por debajo de él, con el consiguiente susto. El susto que se llevó el animal tampoco tubo que estar mal, puesto que una vez en el suelo, corría por delante de mí como alma que persiguiese el diablo y echando de vez en cuando la vista atrás... Esta fue la historia en que un peregrino despistado y un perro volador, estuvieron a punto de darse el tortazo del siglo, ja. ja. ja....
                                                



                                    MONTE DO GOZO- SANTIAGO DE COMPOSTELA     



      Nos despertamos, preparamos nuestro exigua equipaje y al poco ya estamos pedaleando sobre nuestras monturas, mientras diluvia sobre nuestras cabezas. Quedan unos seis kilómetros a Santiago y gran parte de ellos son de bajada, a estos hay que unir el pedalear entre el trafico para llegar al casco antiguo y por fin: LA PLAZA DEL OBRADOIRO...

      Por fin hemos llegado tras casi ochocientos kilómetros y no sé cuantas miles o millones de pedaladas. Estoy en la "Plaza del Obradoriro" y diluvia sobre las torres de la catedral, la cuál se eleva majestuosa hacia el cielo plomizo y gris, como debe de ser. Al igual que las novias hay que verlas vestidas de blanco o las montañas cubiertas de nieve,  la Catedral de Santiago debe de lucir cubierta de verde musgo mojado por la lluvia gallega.

                                                                            Por fin...




Bajo la lluvia gallega



Vestida de musgo mojado

                                            Otra vista de la catedral y la Plaza del Obradoiro



Desde otro angulo




                                                   DIA DE DESCANSO EN SANTIAGO

      En Santiago pernoctamos en el Seminario Menor de la Ciudad, donde los peregrinos provenientes de varios países pasan la que para muchos será la ultima noche del Camino. Se nota un ambiente de alegría, si bien, si observas un poco también encontraras una pequeña nota de  tristeza pues el Camino se ha terminado. Llegados a este punto, es cuando el viajero comprueba que verdaderamente lo importante es el camino en sí y no la meta. Llegar a Santiago es la guinda del pastel, pero si no llegas, te habrás comido el resto del pastel....
      Nos negamos que el Camino concluya tan pronto y con rodilla maltrecha y todo, decidimos continuar hasta Finisterre.

Desde las ventanas del Seminario Menor viendo diluviar sobre Santiago




                                             14ª ETAPA: Santiago-Olveiroa (60km y unas 7 horas)



      La etapa que nos lleva de Santiago a Olveiroa, es exactamente la misma que la etapa 16 de nuestro Camino del Norte, también contenido en el presente blog. Tan solo indicar, que el Camino Frances que nos ocupa lo hicimos en 2006 mientras que el Camino del Norte lo llevamos a cabo en 2013, con lo que notamos algunos cambios en esta etapa al haberse arreglado bastante los caminos y no haber tantos tramos inviables para nuestras bicicleta. También el albergue de Olveiroa había cambiado para mejor, pese a haber sido siempre un lugar entrañable. Por lo demás, tan solo indicar que en esta etapa tuvimos que pasar por zonas totalmente anegadas por agua, debido a la lluvia caída el día que nos tomamos de descanso en Santiago.
                                                              Santiago se queda atrás



                                                   Las callecitas de Olveiroa y su albergue



Sentado a la puerta del albergue


                                          15ª ETAPA: Olveiroa-Finisterre (35 km y 4 horas)



      Salimos de Olveiora a primeras horas de la mañana, para ascender por un camino que nos lleva a un cruce en el que existen unas señales con las famosas conchas vieiras y flechas amarillas que nos dan dos opciones: a la derecha Muxía y a la izquierda Finisterre. Tiramos dirección Finisterre...

      La rodilla cada vez me duele más y la tengo mas hinchada. El continuo ascenso de fuertes repechos no ayuda mucho a mi maltrecha rodilla pero ya estamos cerca y nada nos va a parar, ni tan siquiera la fuerte lluvia que empieza a caer a la altura de Cee y que proseguirá sin parar durante todo el mes de noviembre y parte de diciembre, de tal forma que cuando en este último mes fuimos a Galicia con  nuestras piragüas de aguas bravas, nos encontramos el rio Mouro (Portugal) y el Lerez cargaditos de agua. Proseguimos con nuestros trajes de agua y al coronar un ascenso de un bosque de eucaliptos, salimos a campo abierto pudiendo divisar el mar por primera vez en nuestro viaje. Llegamos a Finisterre y proseguimos pretendiendo llegar con nuestras monturas que tan lejos nos han llevado hasta el faro. Imposible, el fortísimo viento nos tira de las bicis y nos las arranca literalmente de las manos cuando nos bajamos de ellas y pretendemos continuar andando. Con mucho cuidado descendemos hasta el albergue donde dejamos nuestras maquinas para subir sin ellas. Andando la subida es penosa pero posible..., llegamos al faro de Finisterre y continuamos un poco más hasta donde acaban las rocas para comenzar el mar infinito. Estamos en el fin de la tierra...


Por fin el mar



                                      

                                                               Finisterre al fondo                 
                                                         
                                                       

                                                                             El faro



Aurora y Chema en el final de la tierra





                                                          EL FINAL DEL VIAJE


      Una lesión en mis pies me había ido apartando poco a poco de las montañas que era el mundo que yo conocía. Comencé el Camino Francés animado por Aurora que lo había hecho un año antes y me lo describió como algo muy especial. Emprendí el viaje pensando que sería un mero paréntesis entre otros viajes, y que ni por asomo sería testigo de los increíbles parajes que había contemplado a lo largo de mis aventuras por montañas, desiertos y ríos. Sin embargo, la experiencia me resultó tan sorprendente que ahora mismo sería incapaz de describir con palabras. Sentando en mi ordenador y dándole vueltas a la cabeza, me asaltan multitud de sentimientos y sensaciones que el Camino dejó en mí y que aún soy capaz de rememorar pero incapaz de definir. En mi vida he caminando por muchos caminos, pero esta fue la primera vez que pedaleé por un camino MÁGICO...







2 comentarios:

  1. Hay infinidad de leyendas sobre El Camino... todas ellas comienzan contando una historia... y el tiempo hace lo demás. Que el tiempo os convierta en leyenda. Gracias por compartir vuestras experiencias.

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  2. Increíble. Una experiencia perfectamente transmitida

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