"TRAVESÍA COMPLETA DEL CANTABRICO EN KAYAK"
"EL CAMINO DEL MAR"
Todo comenzó un día de verano, tomando unas cervezas en un bar después de una travesía en kayak por la costa mediterránea de Salobreña. Aurora, Juanito ( un amigo de Salobreña ) y yo, comentamos la posibilidad de navegar toda las costa cantábrica al verano siguiente. Todos estábamos de acuerdo y por consiguiente quedamos para el año siguiente. Así de fácil fue, así decidimos como haríamos una travesía increíble por el mar del norte: mientras dos de nosotros navegábamos, el mas cansado o desmotivado ese día, se ocuparía de llevar la furgoneta del lugar de embarque al lugar de desembarque.
Así pues, el equipo estaría compuesto por dos chicos, una chica, un perro, una furgoneta y dos kayaks.
LA RUTA: la Costa Cantábrica se extiende desde Hendaya hasta Ribadeo, lugar en que concluye el Cantábrico y comienza la costa gallega, bañada por el Oceano Atlántico. Por lo tanto, nosotros navegaríamos desde la frontera francesa hasta el puerto de Ribadeo.
Debido a la limitación de tiempo, sobre todo por parte de Juan, elegí realizar la travesía comenzando desde el lugar desde donde las condiciones del mar serían mas benignas el día de nuestra llegada, una vez vistas las corrientes predominantes, el tamaño de las olas para los primeros días, así como la dirección de estas. De esta forma la travesía quedaría definida en dos fases:
1ª FASE: navegación desde Llanes hasta Hendaya (frontera francesa).
Una vez concluida esta primera fase, viajaríamos con la furgoneta a Llanes para comenzar siguiente fase
2ª Fase: navegación desde Llanes hasta Ribadeo, completando así toda la travesía del Cantabrico.
EPOCA DEL AÑO: 20 de agosto al 11 de septiembre.
LONGITUD DE LA TRAVESÍA: nos salieron según el GPS unos 497 kms dividido de 19 etapas, que oscilarian desde los 16,5 kms hasta los 40 kms, dependiendo del estado de la mar, así como adaptación de la longitud de etapa debido a la configuración costera. Estuvimos tres días sin navegar debido a el pésimo estado de la mar.
MATERIAL UTILIZADO: dos kayaks RTM Tempo. Dichos kayaks, a pesar de que algunos piensan que son únicamente para iniciarse, después de 12 años navegando con los mismos y habérmelas comido de todos los colores ( a veces en solitario), primero en el Mediterráneo y mas tarde en el Cantábrico, puedo decir que son magnifico debido a ser baratos, muy estables y bastante rápidos. En condiciones normales se les saca fácilmente una velocidad media de 5,5 a 6 km/h, y con condiciones favorables su velocidad puede oscilar entre los 7 y 8 km/n sin demasiado esfuerzo y después de muchas horas de paleo. Las palas utilizadas fueron de la marca PRIJÓN, baratas pero duras, así como otra de la marca RTM. Imprescindible llevar brújula (solo la utilizamos una vez al meternos en un banco de niebla, cuando navegábamos a unos 7 kms de la costa, donde enormes olas batían contra las rocas). Imprescindible llevar chalecos salvavidas y bolsas estancas, donde irán los moviles, imprescindibles para llamar en caso de necesidad, así como manejar el Google Map y el Earth, imprescindibles para conocer el punto en donde te encuentras y localizar los lugares de desembarco. Por último y esto es importantísimo, la pala deberá siempre ir atada a la línea de vida del kayak, y este, en condiciones de mala mar, siempre deberá de ir sujeto al palista, nosotros utilizamos unas pulseras de neopreno y velcro, unidos por un cordino al kayak ( en un par de días de muy mala mar, caímos de nuestros kayak, uno de ellos Juan y otro yo, sin las palas unidas al kayak y el kayak a nuestra muñeca, es muy posible que hubiésemos perdido parte de nuestro equipo ya que ver una pala en un mar embravecido es casi imposible), el resto del equipo también deberá de ir sujeto al kayak para no perderlo en caso de vuelco.
Los kayak que utilizamos son de los llamados autovaciables, los cerrados te obligan a saber esquimotear si vuelcas ( maniobra algo compleja para que el kayak vuelva a su verticalidad ). Aún conociendo dicha técnica ( tanto Aurora como yo sabemos esquimotear ), en un mal muy revuelto puedes fallar y encontrarte fuera de tu embarcación, esto obliga a navegar cerca de la costa ( nosotros navegamos generalmente a muchos kilómetros de ella, pues en la mayoría de los casos su cercanía era peligrosa, al batir las olas contra rocas y acantilados), o a navegar un grupo numeroso que te ayude a incorporarte a ella ( nosotros éramos únicamente dos y en ocasiones un solo palista en el mar).
Perder la embarcación o la pala sería un autentico desastre.
ADVERTENCIA: aunque navegando alejados de la costa con mala mar, es aconsejable llevar unida la embarcación al palista con un cordino ( de la muñeca ), deberemos de soltar la sujección cuando vayamos a desembarcar, En mar abierto, las olas grandes se asemejan a montañas de agua que pasaran bajo nosotros normalmente sin problemas, pero al acercarse a la costa tenderán a romper. Si llevas unida a tu muñeca la embarcación, justo cuando rompe la ola y caes al agua, el tirón puede ser tan violento que te puede dañar el brazo.
LO QUE DEBERIAMOS DE HABER LLEVADO Y NO LO HIIMOS: casco, sobre todo para los desembarcos, que casi siempre eran en calas o playas con bandera roja y donde maniobrábamos cerca de las rocas al abrigo de un mayor oleaje, ropa lo mas visible posible, si puede ser naranja o amarillo fosforito, bengalas para caso de necesidad y pala desmontable que se pueda llevar en el kayak.
TIPO DE COSTA Y TIPO DE NAVEGACIÓN: la Costa Cantábrica es una enorme muralla rocosa en la que de vez en cuando habrá alguna cala, pequeña playa y con suerte un puertecito pesquero. Dicha muralla de acantilados, esta repleta de cabos islotes y salientes rocosos lo que obliga a hacer navegación de cabotaje en la mayoría de las ocasiones muy alejados de las costa. Esto es por dos razones: hacer menos kilómetros y que las olas no te destrocen contra las piedras. Esto quiere decir que el que piense que podrá ir a pocos metros de la orilla se equivoca. La orilla aquí, casi siempre son altos acantilados o zonas rocosas contra las que chocan las casi siempre existentes olas. Si realizas esta travesía o parte de ella, has de saber que nosotros con frecuencia íbamos entre los 3 y 8 kms de la orilla, razón por la cual, a veces, no divisaras los pequeños pueblecitos costeros o zonas estipuladas para desembarcar, de ahí la razón del uso del Google Maps.
PREDICCIÓN DEL TIEMPO Y ESTADO DE LA MAR: Utilizamos las siguientes paginas de internet:
1º WINDGURU : te dará la intensidad del viento y su dirección por horas, así como dirección y altura de las olas predominantes, así como las probabilidades de tormenta, nublado o lluvia,
2º ESTADO DE LA MAR ( de la AEMET ), que te indicará en grafico de colores, la intensidad de el mar de fondo y el mar de viento, así como el tamaño de ola por horas.
3º PREDICCIÓN DEL OLEAJE, NIVEL DEL MAR; BOYAS Y MAREÓGRAFOS....: te informará de todo lo anterior y además de las corrientes predominantes.
También será de suma utilidad preguntar a pescadores socorristas etc..., siempre que sea posible.
BAROMETRO: la presión atmosférica es muy útil para saber lo que se nos avecina. Nosotros llevábamos en nuestros móviles el barómetro de una aplicación de internet. Paso a dar unas nociones básicas de su uso:
- Si la presión aumenta poco a poco, eso significa que el tiempo va a mejorar.
- Si la presión disminuye poco a poco, significa que el mal tiempo se acerca.
- Subida brusca de la presión, puede indicar que el tiempo va a cambiar a mal de forma rápida,. Enfila la costa que algo jodido viene.
- Bajada brusca de la presión, nos indica que algo chungo nos viene muy rápido. Derechito a la costa.
- Caída de presión mientras sopla un viento fresco del sur rolando a sureste, significa que el viento podría cambiar trayendo un temporal del oeste.
- Si baja la presión mientras sopla viento del sureste, podría indicar la aproximación de un temporal. Los temporales del sureste no suelen durar mucho.
- Una caída mientras el sur está rolando hacia el sur-suroeste es síntoma claro de mal tiempo.
- Si las bajas presiones se mantienen, el tiempo será inestable, grandes olas, nubes y temporales.
Indicar que en la época en que nosotros hicimos la travesía, lo normal era que a partir de las doce de la mañana el viento arreciera y el mar se complicara ( unos días más, otros menos).
PERNOCTAS: Juan y lucky, el perro del equipo, dormían en la furgoneta, mientras que Aurora y yo lo hacíamos en una tienda de campaña, que solíamos montar en lo alto de algún acantilado o en el terreno de algún paisano tras pedirle permiso.
HABITUALLAMIENTO: la comida y bebida las compraba al que le tocaba conducir la furgoneta hasta el punto de desembarque.
GALERNA: palabra maldita para los marineros del Cantábrico. Se suelen dar desde la primavera tardía hasta el otoño temprano. Aparecen de improviso, se suelen formar a la altura de Avilés, avanzando hacia el Golfo de Vizcaya, y lo hacen cuando una masa cálida instalada en Esukadi y Cantabria derivada de un viento del sur o sureste choca contra una masa de aire frio que proviene del noroeste. Son temibles y suelen durar unos 50 o 60 minutos. Asegúrate de que no te pilla una de estas, mediante todos los métodos de predicción posibles, si lo hace, no te queda mas que rezar si es que sabes.
CONSEJO: en una travesía marina como esta, y mas tratándose del Cantábrico, cuya costa consiste en una enorme muralla rocosa de acantilados, con alguna pequeña cala, playa o puerto de vez en cuando, siempre deberemos de llevar un plan A, B, C, D, E, etc....
FOTOS: las imagenes de navegación de las primeras etapas, están hechas con el móvil y su funda impermeable, de ahí su mala calidad. Posteriormente se utilizaría una camara National Geographic, modelo explorer 4.
ADELANTE AMIGO, SI TE ANIMAS A REALIZAR ALGUNA O TODAS LAS ETAPAS QUE SEGUIDAMENTE PASARÉ A RELATAR, ENSEGUIDA SABRÁS SI ODIAS ESTE MAR Y NUNCA MAS VOLVERAS A NAVEGARLE, O POR EL CONTRARIO, LO AMARAS Y RECORDARÁS SIEMPRE.
No es amor un amor que a cada momento cambia,
ni aquel que a distanciarse
en la distancia torna.
¡ Oh noooo....! es un faro imperturbable
que contempla las tempestades
y nunca se estremece.
W. Shakespeare
1ª ETAPA ( 20 de agosto ): Llanes - Playa de la Franca 16,200 kms
Anoche llegamos tarde a Llanes. Encontrar un lugar discreto donde acampar fue un poco complicado, pero Juan demostró tener un talento especial para llevar a cabo esta tarea. Finalmente acampamos en una campa rodeada de acantilados.
Amanece y comprobamos como la marea está subiendo. Desmontamos la tienda y ponemos rumbo al puertecito pesquero de Llanes, lugar desde donde comenzaremos la primera etapa del la travesía.
Una vez preparados, echamos los kayaks al agua y comenzamos a palear. Hoy paleamos Juan y yo, mientras Aurora se dirigirá a "Playa de la Franca", lugar donde desembarcaremos. Son unos 16 kms, pero como no tenemos una idea clara de cuanto tiempo nos llevarán, preferimos empezar por una distancia corta, con el fin de que el cuerpo se vaya acostumbrando a palear.
El parte meteorológico da cielos nublados, olas de 1,8 m (mar de fondo del noroeste). Con estos datos comenzamos la travesía, remando cómodamente por el puerto. Una vez dejamos el resguardo del mismo, comprobamos que el mar está mas movido de lo que parecía. Navegamos a cierta distancia de la costa, la cual consiste en continuos acantilados, en los que divisamos varias calas sobre las que las olas baten bravamente. La línea de acantilados esta repleta de covachones y vericuetos a los que no podemos acercarnos, por el riesgo de que las olas al romper nos precipiten contra las afiladas rocas.
A los 11 kms aproximadamente, pasamos frente a la "Playa de Pendueles", divisando un grupo de casitas enclavadas en la verde ladera.
Llegamos a la altura de un gran peñón, el cual sospecho que es el que hay frente a la "Playa de la Franca". Saco el móvil y compruebo que efectivamente estamos junto a nuestro destino, lo cual es una suerte, pues son las doce del mediodía y el mar empieza a ponerse bravo ( prácticamente esto será una costante el resto de días). Intento acercarme al mencionado peñón y me aproximo a la boca de una gran cueva que hay en su cara norte. Me interno un poco dentro de ella, e inmediatamente paleo como un loco al ver como las olas rompen dentro de la enorme cavidad, amenazando con convertirme en puré de Chema. Lo rodeamos por su izquierda y divisamos la hermosa playa de fina arena en que desembarcaremos, la cual se encuentra protegida de las olas de mar de fondo que provienen del noroeste, gracias al peñón que previamente habíamos rodeado. Tardamos tres horas en completar esta etapa.
Saliendo desde el Puerto de Llanes
La costa es una enorme muralla de acantilados en la que de vez en cuando aparece alguna pequeña cala

El peñón que resguarda "La Playa de la Franca"
La Playa de la Franca, con el peñón que la resguarda al fondo
El lugar elegido para acampar
2ª ETAPA ( 21 de agosto ): Playa de la Franca - San Vicente de la Barquera 18,550 kms.
Comienza el día, y lo hace soleado a diferencia del día anterior. Las previsiones dan mar de fondo con olas de 2,4 metros del noroeste y nubes y claros. Nos echamos a la mar bajo la protección del gran peñón que se alza ante nosotros y que nos protege en gran medida del oleaje, aunque este sigue siendo intenso, como lo demuestran los surfistas que pululan por la playa. Una vez en el agua, paleamos con fuerza para superar las rompientes y, una vez que creemos que ya los hemos hecho, se nos echan encimados grandes olas que vienen rompiendo desde muy adentro, las cuales sorteo paleando a toda pastilla y saltando por encima de ellas, de tal forma que los cuatro metros y medio de kayak, carga y piragüista, se despegan completamente del agua, por dos veces consecutivas.
Una vez en mar abierto, comprobamos como mas allá de la fina arena de la playa, las olas rompen salvajemente contra las rocas. Navegamos alejados de la costa, a unos 4 kms de ella. Todo a nuestra derecha son grandes acantilados que divisamos a lo lejos, distinguiendo la estela blanca que dejan las olas al chocar contra ellos. El único punto de escape mínimamente seguro en estas condiciones, no es otro que el puerto de San Vicente. De vez en cuando divisamos a lo lejos alguna pequeña cala, pero sin protección alguna, bajarse en ellas entre la rompiente, solo se nos pasaría por la cabeza en caso de necesidad. Pese a todo, navegar mar adentro es relativamente sencillo, pues el agua es una sucesión continua de grandes olas que puntalmente nos sobrepasan mansamente de popa a proa cada 13 segundos, eso sí, alguna de ellas sobrepasan los tres e incluso los cuatro metros, de tal forma que en ocasiones ni tan siquiera nos vemos.
Una vez cerca del puerto de San Vicente de la Barquera, vemos como las olas rompen a lo bestia a nuestra derecha contra los acantilados y contra la barra que protege el puerto. Nos pasan enormes olas y Juan esta tenso, aunque yo le tranquilizo y le digo que me siga. Se queda rezagado esperando que yo realice la maniobra de entrada al puerto. Por mi parte, me alejo lo mas posible de las rompientes de la derecha intentando entrar en diagonal, cuando de repente descubro que en mitad de la pequeña bahía que alberga el puerto y una playa de surfistas, las olas rompen salvajemente, probablemente debido a algún escollo o afloración rocosa de poca profundidad. No me queda otra que enfilar por en medio, entre las rompientes de la derecha y las de la izquierda. Lo hago con tranquilidad sin precipitarme, dirigiéndome directamente a la bocana del puerto, mientras que mi compañero y yo ni nos vemos debido a la altura del oleaje. Traspaso las rompientes de la barra del puerto, las cuales paso a muy poca distancia y, seguidamente me encuentro en un dócil canal que nos lleva al lugar donde se amarran los barcos y donde nos esperan Aurora y Lucky ( nuestro perro) con la furgoneta.
Al desembarcar, un matrimonio con sus hijos que había visto la maniobra, nos dicen lo valientes que somos, a lo que respondí: no señora, no somos valientes, es que no nos quedaba otra.
Ese delicado desembarco, marcaría a Juan para el resto del viaje, tomando un excesivo miedo a navegar cerca de las rocas y rompientes, aún en los casos en que era necesario hacerlo y no suponía un riesgo. Ese segundo día de navegación, el Cantábrico nos enseñó por primera vez los dientes. No sería el último.

Acampando sobre un acantilaso (foto desde interior de la tienda)
San Vicente al anochecer
Día 22 de agosto:
Amanece lloviendo, hace mucho viento y hace mala mar. A juanito le dura el susto de ayer y no quiere meterse en el agua. Personalmente opino que no hubiese sido problema haberse metido, eso sí, buscando un sitio algo resguardado de las olas, y habernos hecho una etapa corta hasta Cobreces ( 16 kms), si bien es cierto que salir en la pequeña y rocosa playa de dicha localidad hubiese sido un poco delicado. Aprovechamos el día para dar una vuelta por San Vicente, así como para disfrutar de bonitos paisajes.
3ª ETAPA ( 23 de agosto) : San Vicente de la Barquera - Suances 35 kms.
Salimos del puerto de San Vicente de la Barquera, con un tiempo estupendo y un mar en magnificas condiciones. Pasamos la playa surfera que hay frente a San Vicente, prosiguiendo seguidamente a atravesar la larguisima bahía del "Parque Nacional de Oyambre". Navegamos a unos 5 kms de la playa haciendo navegación de cabotaje. El mar está magnifico y, en un momento dado vemos de saltar a lo lejos algo muy muy grande. Juan, que vuelve a ser mi compañero de navegación, me dice: ostia Chema, ¿has visto eso?, es demasiado grande para ser un atún, delfín o tiburón, me pareció una orca. A mi también me lo pareció, pero le contesto que eso es imposible, que esos bichos solo están en zonas frías como Noruega, Islandia etc.... (mas tarde nos enteramos de que orcas estaban atacando a veleros en la costa gallega, llegando incluso a ocurrir algún incidente frente a Ribadeo). Zanjamos el tema , diciéndonos que seguro que se había tratado de algún calderón o ballena común. A lo lejos divisamos la Rïa de Rabia y poco después Comillas. Seguidamente volvemos a zona de acantilados, sin escape alguno, hasta llegar a los 15,5 kms a la Playa de Luaña en Cobreces. Es medio día y como de costumbre, el mar esta empeorando, picándose por momentos. La playa esta a nuestra altura, pero nos queda lejos del punto desde donde navegamos. Decidimos continuar hasta Suances, para lo cual enfilamos hacia un pequeño cabo o entrante, que divisamos muy muy a lo lejos. La navegación ahora es mas lenta, hay mar de fondo del noroeste y olas de viento que viene del este, ambas se juntan haciendo que las olas sean erráticas y difíciles de navegar, desviando constantemente nuestro rumbo. Justo antes de llegar al cabo que divisábamos a lo lejos y tras bastante tiempo paleando, observamos a nuestra derecha y a bastante distancia, una playa que sería ideal para desembarcar si no fuera por las fuertes olas que baten contra ella. Pasamos el cabo, continuando la navegación entre los acantilados de la costa y una serie de peñones que se encuentran a nuestra izquierda. Paleamos por una zona caótica de olas que nos lleva a la bahía que alberga Suances y su puerto deportivo. Enfilo a la bocana del puerto, lugar donde nos aguarda Aurora con la Furgoneta. Juan se queda rezagado observando la maniobra. Por mi parte enfilo la bocana, y a la entrada del puerto, al ser de poco calado al albergar únicamente pequeñas embarcaciones, una enorme ola me engancha, surfeo un rato sobre ella, hasta que finalmente me engulle la rompiente, tirándome del kayak. Me agarro fuertemente a la embarcación, esperando las embestidas de las siguientes olas. Salgo del apuro sin problemas y seguidamente Juan elige otra trayectoria para entrar a puerto en vista del éxito que yo he tenido con la mía. Aurora nos espera en la orilla.
Hemos tardado unas 7 horas.
Los acantilas de la costa a la derecha y afilados espolones o peñones a la izquierda
Entrando en la bocana del Puerto Deportivo de Suances
FOTOS HECHAS DESDE TIERRA

4ª ETAPA ( 24 de agosto) : Suances - Playa Virgen del Mar 17 kms
Hoy, mi compañera de navegación será Aurora. Ambos salimos desde la Playa de Suances, enfilando entre acantilados y peñones en el mar, navegando por el centro de ambos. Esta es zona difícil de navegar, pues las olas chocan contra las rocas y al retornar hacen que la mar se vuelva algo caótica. Al salir de esta zona, enfilamos hacia una punta o cabo que veremos muy a lo lejos. Navegamos bastante lejos de la costa ( unos 4 kms ), al ser mas fácil la navegación, y lo hacemos con un mar ahora mucho mas tranquilo de lo que lo estaba a nuestra salida entre acantilados y peñones. Después de un largo trecho de paleo, llegamos a la punta o cabo que divisábamos a los lejos ( a unos 15 kms de nuestra salida ). Aquí se juntan varias circunstancias que hacen que el mar se vuelva difícil de navegar: el choque de las olas contra las zonas rocosas del cabo, así como la confrontación de las olas procedentes del mar de fondo de dirección noroeste y las olas de viento que sopla del este. Pasamos por una zona de escollos y peñones, dejando atrás Liencres, el cual vemos a lo lejos. Continuamos navegando hacia un nuevo saliente rocoso que se adentra en el mar, el cual comprobamos en el Google-Map, que es el que habíamos elegido para desembarcar en la "Playa Virgen del Mar" al protegernos del oleaje debido a su orientación. Al poco, ya estamos desembarcando en la mencionada y pequeña playa, después de 3,5 horas.
El lugar de desembarco esta muy cerca de Santander y su puerto. Al día siguiente, nos saltaríamos dicho puerto, donde hay trafico de buques pesados, comenzando desde Somo, justo frente a Santander y en la misma bahía..
5ª ETAPA ( 25 de agosto): Somo - Isla 21 kms.
Como ya dijimos, comenzamos esta etapa en Somo. Dicha localidad, se encuentra en la misma bahía de Santander (este se ve justo enfrente), pero de esta manera evitamos atravesar el puerto de Santander.
Comenzamos con el mar en calma, pero como siempre, este se revuelve a mitad de mañana. No obstante, se encuentra en mejores condiciones que otros días, pese a que la confróntacion de las olas de mar de procedencia noroeste y las de viento de este, hacen que constantemente tengamos que corregir nuestro paleo. La costa hoy es mas franca que otros días, observando en la lejanía, varias playas que servirían de escape en caso de necesidad, además, debido al escaso oleaje, hoy sería posible el desembarco evitando revolcones u otra clase de incidentes. Llegamos a una bonita bahía en la que pensamos que se encontrará ubicada la localidad de Isla, pero no es así. Pasamos un acantilado y muy a la derecha se encuentra Isla, con sus diminutas playas enclavadas entre afiladas y monolíticas rocas ( justo enfrente, a un tiro de piedra, veremos Noja y su amplia playa de arena).
Hemos tardado 4 horas en hacer los 21 kms de la etapa.
Debido a nuestra torpeza a la hora de manejar la nueva cámara, en esta ocasión, en vez de fotografías hicimos pequeños videos.
6ª ETAPA (26 de agosto) : Isla - Oriñón ( playa ) 25 kms.
Salimos de la "Playa de Isla" en la cual desembarcamos ayer Aurora y yo. Hoy mi compañero es Juan, y partimos mientras sube la marea por un apacible mar en calma. Llegamos a una enorme bahía, la cual alberga tanto a Santoña ( a la derecha), como Laredo a la izquierda a los 12 kms. Dicha bahía es muy larga, con lo cual hacemos un recto dirigiéndonos hacia un cabo que divisamos a lo lejos. Navegamos muy alejados de la costa, con lo cual, las dos poblaciones anteriores las vemos minusculas. Hoy el mar está magnífico, si bien y como casi siempre, al mediodía se empieza a picar. Hasta llegar a la bahía de Santoña y Laredo, hemos pasado otra mas pequeña, en la que en la lejanía podemos divisar alguna playa en la que desembarcar en caso de necesidad, pero después todo son acantilado. Llegamos al cabo que habíamos enfilado, en el que hacemos una foto a un blanco faro que destaca en el verde de la montaña. Al llegar a la altura de la "Playa de Oriñon", el mar ya está bastante picado. Desembarcamos sin dificultad, pero como cas todos los días con bandera roja
Ya proximos al cabo que divisabamos a lo lejos ( Juan a la derecha )
Llegando al cabo, un blanco faro destaca en el verde del acantilado
Otro plano de la Playa
7ª ETAPA ( 27 de agosto ): Playa de Oriñón - Pobeña ( "Playa de la Arena Vizcaina") 19,5 kms
Salimos Aurora y yo de la magnifica Playa de Oriñón, y lo hacemos costeando con los acantilados a nuestra derecha. Por el momento no son muy altos, pudiendo ver el verdor de sus laderas. Mas tarde, navegamos haciendo cabotaje, esto es, enfilando hacia los cabos que vemos en la lejanía, realizando de esta forma un trayecto mas corto y directo, aunque muy alejados de la costa. A unos 12 kms de nuestra salida, pasamos por la bahía de Castro Urdiales, dejándola a nuestra derecha y viendo la localidad en la lejanía. Enfilamos hacia Punta Lucero, de la que sale la enorme barra del Puerto de Bilbao. Divisamos algún que otro enorme buque a la espera de maniobrar para entrar a puerto. Mediante Google-Map, localizamos "La Playa de las Arenas Vizcainas", lugar de desembarque y que se encuentra justo antes de "Punta Lucero" y de la enorme barra del puerto bilbaino. Enfilamos hacia dicha playa, tardando una buena hora en llegar a la pequeña bahía que la forma, debido a lo lejos que navegamos con respecto de la costa. Según nos acercamos, y como casi todos los días, nos damos cuenta que el mar se ha embravecido notablemente en un santiamen. Observamos como en la playa luce una bandera roja y grandes olas rompen antes de llegar a su orilla. Yo trazo hacia la derecha buscando la protección de las rocas, mientras que Aurora, intimidada por esas mismas rocas, traza mas hacia el centro de la playa. Las enormes olas hacen que vuelque su kayak, no pudiendo recuperarlo. Por mi parte, y tras dejar mi embarcación en tierra, nado en busca del otro kayak y de Aurora. Me subo a la embarcación como puedo y remolco a Aurora hasta la playa. Nos subimos cada uno en su piragüa y tiramos hacia la derecha, donde una pequeña ría nos lleva hasta una rampa de desembarco a la altura de la localidad de Pobeña.
La Bahía de Castro Urdiales, con la población al fondo
A lo lejos, la punta o pequeño cabo hacia el que nos dirigimos (Punta Lucero)
Días 28 y 29 de agosto :
El día 27 llegamos a la Playa de las Arenas Vizcainas en Pobeño y junto al Puerto de Bilbao. Al tratarse de un puerto de tráfico pesado, lo saltamos y decidimos que saldremos en nuestra siguiente etapa desde la cercana localidad vasca de Gorliz. Concluimos Cantabria y comenzamos una nueva comunidad, si bien los dos siguiente días, el tiempo será horrible; muchisimo viento. lluvia y malisima mar. Elegimos para acampar, durante esos pésimos días, una pequeña campa junto a una pedregosa y acogedora playa, muy cerca de la localidad de Amintza. Ese tiempo de espera, además de aburrirnos, lo dedicamos casi exclusivamente a frecuentar el bonito y acogedor puerto pesquero de Amintza, así como sus tabernas, donde nos dedicábamos a trasegar txacolí de la zona.
8ª Etapa (30 agosto) : Gorliz - Baquio 16,5 kms
Llevamos dos días varados en nuestro lugar de acampada cerca de Amintza. Nuestra única ocupación ha sido dar alguna pequeña vuelta y beber txacolí en las tabernas del puerto. Hoy es el tercer día de inactividad, el mar ha mejorado, pero sigue estando en malas condiciones. No obstante, decidimos a las dos de la tarde, después de haber frecuentado las tabernas de Amintza, que vamos ha hacer una corta etapa desde Gorliz a Baquio. Volvemos a Gorliz (cerca de Bilbao), y nos metemos en el agua en la playa de esta localidad, la cual luce bandera roja. Inmediatamente después de dejar la protección de su bahíaz, nos damos cuenta del tamaño de las olas. Montañas de agua elevan nuestras embarcaciones en un vaivén constante. Debemos de alejarnos de los acantilados, puesto que cerca de ellos las olas son mucho mas grandes, caóticas y rompen salvajemente contra las rocas, además no queremos convertirnos en puré de piragüista. El plan A, era que Aurora nos esperara en la barra del Puerto de Amintza y, que si pasábamos de largo, se dirigiera a Baquio a recogernos, pero si debido a la distancia a la que navegábamos con respecto de los acantilados, nosotros tan solo éramos capaces de distinguir tímidamente Amintza, mucho menos una persona iba a poder ver a dos zumbados montados en sendos kayaks en un mar embravecidos y a varios kilómetros de distancia. Continuamos decididos camino de Baquio. Llega un momento en que vemos la localidad a los lejos. Nos acercamos a la bahía que alberga su playa en la que el blanco de la rompiente nos alertan de la fuerza con la que rompen las olas en la playa. Enfilamos del centro a la derecha, al resguardo de la pared del acantilado que delimita esta parte de la bahía. Las rocas aminoran el tamaño de las olas y las rompientes. Pasamos por un coladero donde apenas rompen estas, llegando con relativa facilidad al mini puerto de Baquio. Estamos helados debido al fuerte viento y Aurora no llega con la furgoneta. La llamo y me dice que como no nos ha visto pasar frente al Puerto de Amintza, ha pedido ayuda a los socorristas del lugar, los cuales muy amablemente se ofrecen a ayudarla, biscándonos en el mar con sus prismáticos desde los altos acantilados. Una vez aclarado el tema, nuestra compañera de aventura se desplaza a Baquio a recogernos.
Desde Gorliz a Baquio, todo son altos acantilados. Las únicas escapatorias en caso de emergencia son: el Puerto de Amintza, una pequeña playa pedregosa de la misma localidad, así como una especie de ría, situada junto a lo que parece que fue una central hidroeléctrica o algo parecido.
El mar ha mejorado notablemente
El mini puerto de Baquio mientras sube la marea; lugar por donde eludimos las rompientes
Enfrente, casi en el centro, el peñón en el que se alza la famosa Ermita de San Juan de Gasteluze
Montando la tienda en el lugar elegido para acampar
Zona verde situada junto a pequeña iglesia o ermita de Baquio (justo enfrente)
9ª ETAPA ( 31 de agosto) Baquio - Lequeitio 33 kms
Salimos Juan y yo del pequeño puertecito de Baquio, atravesando toda la bahía en dirección a la "Ermita de San Juan de Gasteluze. Pasamos la preciosa ermita la cual se adentra en el mar, para más tarde hacer lo propio con un gran peñón. Una vez rebasado este, atravesaremos una enorme bahía, navegando muy alejados de la costa, viendo a lo lejos Bermeo, Mudaka y poco después una playa que nos queda a la derecha y a muchisima distancia. Continuamos con la navegación, pasando de largo junto a un gran entrante bordeado por enormes rocas, tras las cuales vemos un grupo de casitas y un pequeño puerto ( esto es a los 15 kms de nuestra salida). Enfilamos hacia un entrante rocoso ( se adentra en el mar), el cual divisamos en la lejanía. Hasta llegar el, atravesaremos una gran bahía, llegando al ya mencionado entrante a los 24 kms. Desde este punto, vendrá una nueva bahía, enfilando hacia un pequeño cabo en el que se alza un faro. Pasado el faro, enfilaremos hacia la derecha, viendo las primeras casas de Lequeitio a lo lejos, así como la barra del puerto. A estas horas, la mar está revuelta como casi todos los días, no obstante, entramos en una zona protegida por la ya mencionada barra . Desembarcamos en una playa de fina arena pegada al puerto y muy cerca de la preciosa iglesia de la localidad.
Hemos tardado 6 horas, y como siempre, a lo largo de los 33 kms navegados, hay escasos lugares donde poder desembarcar en caso de necesidad.
Dejando atrás la Ermita de San Juan de Gasteluze
Pasada la ermita, navegando hacia el peñon frente a ella
Cruzando la primera bahía
Haciendo cabotaje, enfilando a las puntas que divisamos en la lejanía
A lo lejos a la izquierda, el pequeño cabo sobre el que se alza un faro
Lequeitio a tiro de piedra
Puerto de Lequeitio
La playa de desembarco con el puerto y Lequeitio a la izquierda
10ª Etapa ( 1 septiembre) Lequeitio - Orio 35 km
Hoy mi grumete será Aurora, mientras que a Juan le tocará conducir la furgoneta. Hemos quedado con él en Getaria.
Salimos desde la misma playa de Lequeitio a la que llegamos ayer. Tiramos hacia la derecha, teniendo que bajarnos brevemente de nuestros kayaks, debido a que la marea todavía no ha subido del todo y unas piedras interrumpen nuestra marcha. Salimos a una larguisima bahía, viendo muy muy a lo lejos, un cabo o peñón que se adentra en el mar. Hacía él enfilamos nuestras embarcaciones ( dicho peñón no es otra cosa que la isla de Getaria, aunque nosotros todavía no lo sabíamos). Navegamos por dicha bahía, sobre un mar estupendo para hacerlo. La costa queda muy alejada desde donde navegamos, por lo cual, divisamos en la lejanía localidades como Deva, Zumaia y Getaria. A los 24 kms, llegamos al peñón que veíamos a lo lejos, resultando ser la Isla de Getaria, con la localidad del mismo nombre a la derecha de la misma. Pasamos la isla, encontrándonos en la bahía de Zarautz, viendo la localidad con su amplia playa muy al fondo. Según Google-Earth, estamos a unos 7 kms mar adentro. Mientras recojo el móvil, observo como la aleta de un tiburón vagabundea tímidamente cerca de los kayaks, hasta que finalmente se sumerge. No nos preocupamos demasiado, enfilando la proa de nuestras piragüas hacia Orio, localidad que hemos comprobado previamente, que se encuentra muy cerca de Zarautz ( antes hemos telefoneado a Juan, para que en vez de recogernos el Getaria, lo haga en Orio). Paleamos bastante tiempo hasta poder divisar la barra construida de grandes rocas, y que protege el Puerto de Orio. Dicha barra, vista desde la lejanía, mas que verse se intuye, y las casas de la localidad, no se divisan hasta estar prácticamente encima de ellas. Llegamos al puerto deportivo y, poco mas tarde, estamos cargando los kayaks en la furgoneta y buscando un lugar donde acampar.
Hemos tardado 6,5 horas.
Salimos desde la misma Playa de Lequeitio a la que llegamos ayer
Vemos localidades como Deva y Zumaia a lo lejos
La Isla de Getaria a la vista, con la localidad del mismo nombre a la derecha
Dejando atrás la Isla de Getaria ( derecha), y la localidad de Getaria ( izquierda )
Zarautz
Llegando a Orio
11ª ETAPA ( 2 septiembre): Orio - Hondarribia 38 kms
Salimos Aurora y yo del Puerto de Orio. Nada más traspasar la barra que protege el puerto, nos damos cuenta de que el mar está un poco picada. Por suerte descubrimos una franja de agua próxima a los acantilados costeros, por la cual la navegación es mas franca y menos trabajosa. Navegamos a una distancia relativamente cercana con respecto a los acantilados, pasando uno tras otro, sin que prácticamente veamos lugar alguno donde desembarcar en caso de necesidad. A los 12,5 kms de navegación, pasamos frente a la bahía que alberga la Playa de la Concha de San Sebastián, para al poco cruzar frente a la playa que se encuentra justo al lado. Dejamos atrás La Concha y después de navegar dejando a nuestra derecha escarpados acantilados sin escape alguno, a los 19 kms llegaremos a la entrada del Puerto de Pasajes ( es increíble como en un puerto tan angosto pueden entrar barcos tan enormes). Desde aquí, Aurora y yo enfilamos hacia un cabo que divisamos en la lejanía al final de una enorme bahía flanqueada por empinados acantilados. Llegamos al pequeño cabo que veíamos en la lejanía y tras rebasar este, continuamos navegando relativamente cerca de una rocosa y atormentada costa sobre un mar que a cada minuto se va picando más y más. Maniobramos técnicamente por entre peñascos, hasta llegar a la altura del Cabo Higer, sobre el cual luce un bonito faro. Enfilamos hacia la derecha, encontrándonos con una gran bahía, que alberga Hendaya (Francia) a la derecha, y Hondarribia (España) a la izquierda. Desembarcamos en el puerto deportivo de Hondarribia, después de seis horas de navegación.
Esa noche acamparemos junto al Faro del Cabo Higer. Espectacular verlo lucir durante la noche.
Aproximandonos a la bahía que albera la Playa de la Concha en San Sebastian
Frente a la bahía que alberga la Playa de la Concha, con su islote característico justo en medio de ella
Enfilamos hacia el pequeño cabo o entrante que divisamos en la lejanía, atravesando una larga bahía flanqueada de acantilados
Faro del Cabo Higer
Día 3 de septiembre:
Ya hemos llegado a Hondarribia y Hendaya, y por lo tanto navegado Cantabria y Euskadi en su totalidad. Por lo tanto, cogeremos la furgoneta y nos desplazaremos hasta Llanes, lugar donde comenzamos la travesía y desde el que comenzaremos de nuevo a navegar, ahora con la intención de atravesar Asturias llegando hasta la Costa gallega en Ribadeo, concluyendo allí nuestra travesía del Cantábrico.
Llanes
12ª ETAPA ( 4 de septiembre ) Llanes - Ribadesella 30 Kms
De nuevo estamos en Llanes. De aquí navegaremos hasta Ribadeo (frontera con Galicia), para navegar Asturias entera, completando así la parte del Cantábrico que nos falta.
Como ya hemos dicho, partimos nuevamente del Puerto de Llanes, intercalándose en nuestra navegación, acantilados con algunas calas las cuales divisamos a lo lejos. Llegamos a una zona denominada "Acantilados del infierno", donde el mar ruge y bufa entre las rocas. Navegar cerca de estos acantilados es complicado, debido a que el oleaje choca contra las paredes rocosas, volviendo para atrás y chocando contra las olas que se dirigen a la costa, originándose unas zonas donde el mar es caótica y difícil de navegar. A lo lejos vemos como el oleaje rompe salvajemente contra los acantilados, lo que nos hace alejarnos de ellos. Por aquí no existe ninguna zona de escape en caso de necesidad, excepto las ya mencionadas calas que hace tiempo dejamos atrás.
Pasados los "Acantilados del Infierno", navegamos por una zona en la que pese a estar el mar picada, no tiene nada que ver con lo brutalmente que se comportaba en la zona ya referida, pero como todos los días y para no variar, sobre el mediodía el mar se embravece. Seguidamente vemos a lo lejos una cala donde se levanta lo que parece ser un templo o iglesia, así como un nervio de roca que se adentra en el mar. Al pasar a la altura de este, vemos como en lo mas alto de él se levanta una pequeña ermita que delimita por uno de sus lados la bahía de Ribadesella. A lo lejos se distingue bandera roja en la playa, así como la fuerte rompiente de las olas para disfrute de los surfistas. Enfilamos nuestras embarcaciones, dirigiéndonos hacia el muro que delimita la entrada al puerto, ciñéndonos lo mas posibles a él ( a la izquierda). Una vez pasada la zona de las rompiente, navegamos plácidamente por la Ría de Ribadesella hasta una arenosa playa donde Aurora y Lucky nos esperan con la furgoneta.
La primera parte de la etapa, hemos navegado relativamente cerca de la costa, seguidamente hemos hecho navegación de cabotaje
Cargamos los kayaks y tras deambular un rato por la zona, encontramos una zona verde perfecta para acampar, en un monte por encima de Ribadesellla. Quizá hoy tenga suerte y duerma un poco mas, llevo tres días durmiendo dos horas debido al dolor que me provoca en la muñeca derecha el tunel carpiano, probablemente de tanto remar. La falta de sueño hace que esté psicológicamente cansado.
Hemos tardado 5,5 horas....
Llanes se queda a nuestra izquierda
Entre los acantilados, se alternan alguna que otra cala al principio de la etapa
El nervio rocoso que flanquea la bahía de Ribadesella, con la ermita en su cima e imagen de la barra
de entrada al puerto
Lugar de desembarque, en playa junto a la Ría de Ribadesella
Ribadesella vista desde un monte contiguo
Lugar de acampada
13ª ETAPA: ( 5 de septiembre ) Ribadesella - Lastres 18 km
Salimos Juan y yo de Ribadesella y, lo hacemos pegados a la pate izquierda de su bahía, junto a los roquedos, donde las olas son mucho mas pequeñas ( en la playa luce bandera roja). Hasta salir a aguas abiertas, sorteamos olas grandes que por suerte vienen muy espaciadas. Enfilamos nuestra navegación hacia un cabo o formación rocosa que observamos muy muy a lo lejos tras salir de la bahía que alberga Ribadesella y sus playas, discutiendo mi compañero y yo sobre si lastres se encuentra justo frente a nosotros en la lejanía ( no se puede ver todavía), o y si por el contrario y como dice Juan, se encuentra detrás del cabo anteriormente señalado. Después de navegar un par de horas y consultar el Google-Map, resulta que yo tenía razón y Lastres se encuentra justo frente a nosotros. Ya se puede distinguir tímidamente, una mancha mas clara entre el acantilado que no es otra cosa que el pueblo. Alejados de la costa, por el lugar por donde navegamos, se está metiendo la niebla, las olas son grandes y el mar se está picando cada vez más. Consulto el barómetro y compruebo que la presión atmosférica ha subido bruscamente, esto no presagia nada bueno: lluvia, o tormenta, o viento, o todo junto a la vez..... Así pues, decido parar en Lastres.
Nada mas desembarcar en la localidad, empieza a llover, no dejando de hacerlo en todo el día y toda la noche. Hemos tardado tres horas.
Juan desembarcando en la pequeña playa junto al puerto de la localidad
Lastres fotografiado desde la barra de su puerto
Instantanea desde el Puerto de Lastres
14ª ETAPA ( 6 de septiembre ) : Lastres - Gijón 38 kms
Salgo de la tranquila Playa de Lastres y lo hago solo. Juan no quiere navegar hoy y, yo me niego a que me acompañe Aurora; el tiempo esta incierto, con grandes nubes negras que pueden presagiar tormenta y el mar fuera de puerto está bastante picada. Hoy navegaré solo...
Nada más abandonar el Puerto de Lastres, el mar se muestra bravo, con olas de unos dos metros aunque bastante espaciadas unas de otras. Las corrientes ayudan, con lo cual la navegación es rápida. Hago navegación de cabotaje, navegando a unos cinco o seis kilómetros de la playa, pues la navegación es mas fácil y rápida. Aunque los acantilados no son demasiado abruptos ( no caen a pico sobre el mar), sin embargo las olas rompen salvajemente contra ellos y resultaría imposible un desembarco, salvo en San Roque, localidad que diviso en la lejanía a unos 14 kms de mi salida y, poco antes en un lugar donde penetra el mar, concretamente en la Ría de Villaviciosa.
Según navego, a mi izquierda veo alguna pequeña cala poco accesible debido al fuerte oleaje que rompe contra ellas. Decido desechar el plan A, que no era otro que desembarcar en una playa llamada Playa de España, pues intuyo que va a ser un tanto complicado hacerlo. Enfilo por tanto mi rumbo, hacia un cabo o nervio de roca que se adentra en en el mar. Tardo un buen rato en llegar a la altura de dicho nervio rocoso y, al rebasarlo, me encuentro en plena bahía de Gijón. Aquí el mar se muestra bastante bravo. Enfilo todo a la derecha, dirigiéndome hacia un entrante o península, con el fin de que la enorme barra del Puerto de Gijón me proteja del oleaje. Al acercarme a la mencionada península, distingo la Iglesia de San Pedro, dirigiéndome hacia ella y aproximándome a una zona rocosa que me protege de la rompiente. Desembarco tranquilamente en la Playa de San Lorenzo, donde un poco después de llegar, acuden Aurora y Juan con la furgoneta para cargar el kayak y alejarnos del casco urbano de Gijón.
Hoy acamparemos en la Playa de Xivares, ubicada al otro lado Puerto de Gijón.
He tardado seis horas en cubrir la etapa.
Dejando atrás la barra protectora del Puerto de Lastres
15ª ETAPA ( 7 de septiembre): Playa de Xivares - Puerto de Avilés 30 kms
.Amanece en la Playa de Xivares y lo hace mostrando un mar bastante movido, lo que dificulta en gran medida la entrada con el kayak . Hoy de nuevo me tocará navegar en solitario, debido a una indisposición del resto de la tripulación, además, a partir del mediodía como casi siempre, el mar arrecia. Trato de buscar el mejor sitio para sortear las grandes olas que rompen contra la playa y, como puedo me adentro en ella con mi embarcación. Comienzo a palear, enfilando hacia el saliente lejano de una enorme bahía que atravieso a unos siete kilómetros de las costa. Tímidamente y muy a lo lejos, observo alguna que otra población, al tiempo que a poco metros de mi kayak salta un enorme atún de al menos 5 metros ( ¡enorme chicos!, menudos filetes habrían salido de él).
Al llegar al borde de la bahía, navego a prudencial distancia de enormes acantilados contra los que salvajemente rompen las olas. Seguidamente viene una segunda bahía, también de enormes dimensiones, viéndose a lo lejos el Cabo Peñas. Mientras atravieso dicha bahía, comienza el aire anunciado por las previsiones meteorológicas, así como lluvia y grandes olas del noroeste. Llego a la altura del Cabo Peñas, donde el oleaje es grande y caótico, internándome en una zona de acantilados y escollos que afloran en mitad del mar, los cuales he de sortear por una zona bastante difícil de navegar.
Continúan los altos y abruptos acantilados, ahora con algunos islotes y escollos que se levantan frente a ellos en pleno mar, yo navego entre unos y otros con grandes olas que al chocar contra los acantilados y las afloraciones rocosas, forman un oleaje que en ocasiones me levanta a gran altura, al tiempo que debo de evitar a toda costa la rompientes. Por fin salgo de esta zona tan complicada y, por suerte el mar se aplaca y la navegación es algo mas sencilla. Enfilo hacia un pequeño cabo que veo a lo lejos. Ahora el mar es más fácil de navegar, pero la navegación técnica y vigorosa que he tenido que desplegar anteriormente, me ha mermado físicamente y estoy bastante cansado.
Llego al mencionado cabo y me adentro en una bahía donde a lo lejos y a la derecha veo una larga playa ( Playa de Salinas), así como una bocana de entrada. Me pasa un barco pesquero de regreso a puerto, mostrándome el camino a éste. El oleaje es fuerte y el trecho final se me hace largo por la fatiga acumulada. Por fin llego a la bocana natural que divisaba a lo lejos, girando a la izquierda en la misma, a la altura del Faro de San Juan y prosiguiendo por un canal que lleva al Puerto de Avilés. Desembarco en una pequeña playa pedregosa del mismo, acampando esa noche en una zona apartada entre acantilados.
Comienza la etapa
Zonas de acantilados y escollos en mitad del mar
Nos aparecen islotes y escollos en mitad del mar
Enfilando hacia pequeño cabo, tras el cual se encuentra la entrada al Puerto de Avilés
16ª ETAPA ( 8 de septiembre ): Puerto de Avilés - Cudillero 20 kms.
Juan y yo enfilamos la bocana del puerto, y una vez en mar abierto nos dirigimos hacia un cabo o entrante rocoso que se observa en la lejanía. Yo se que a partir de las doce o doce y media entrará el viento (los dos últimos días de navegación en solitario así ha pasado), y creo prudencial que nuestra etapa concluya en Cudillero. Juan discrepa, alega que el pequeño cabo al que nos dirigimos está mas cerca de lo que creo y que una vez le rebasemos, pararemos en el lugar mas factible. Discutimos levemente, y al final me propongo llegar hasta donde el dice. Navegamos por un mar relativamente tranquilo, cuando veo como se aproximan a mi kayak dos delfines. Empiezan a juguetear pasando por debajo de la embarcación, nadando hacia delante, volviendo, jugueteando en la popa..., el juego dura unos veinte minutos hasta que se marchan. A las 12:30 horas, tal y como había predicho, el mar empieza a joderse y a las 13:00 horas nos encontramos en mitad de un temporal de viento. Juan cambia de opinión con respectos a sus planes iniciales (veo el miedo en sus ojos), y me pregunta que donde estará Cudillero. Tras sacar el Google.Map, concluyo que Cudillero esta junto frente a nosotros a la izquierda. El mar esta jodidísimo, mas tarde, en puerto, comprobaríamos que el aire soplaba a 36 km/h, razón por la cual enfilamos hacia la costa, de la cual estamos bastante lejos ( calculo que a unos 5 o 6 kms). Las olas de mar de fondo chocan contra las olas de viento, haciendo que la navegación sea muy técnica, difícil y enérgica. Lo cierto es que el tema se ha puesto feísimo (bastante más de o que yo me esperaba). Tardamos bastante tiempo en aproximarnos a la costa, sorprendiéndose Juan de lo lejos que navegábamos de la misma. Se empeña en que Cudillero está mas a la derecha del rumbo que yo he fijado, y yo le aseguro que se equivoca y que me siga. Ahora si me hace caso, y en una hora u hora y media desde que empezó el temporal, vemos la barra de protección del puerto. Por aquí la navegación es aún mas difícil. Juan cae de su embarcación en este caos de olas, y yo que me percato de ello me doy la vuelta y voy en su ayuda. Logra subirse ágilmente a su kayak, no haciéndole falta mi ayuda ( ahora comprende la razón por la que la pala siempre tiene que estar amarrada al bote, de lo contrario la hubiese perdido y no llevamos de repuesto). Está un poco bloqueado, y el ver como las olas se estrellan contra la barra del puerto, no hace que vea las cosas mas claras. Le digo que siga mi trayectoria ( es obvio que aunque de lejos parezca que la entrada al puerto será catastrófica, esta construido precisamente para facilitar la entrada de las embarcaciones). Tras alguna que otra maniobra técnica, consigo entrar sin problemas al Puerto de Cudillero donde Aurora y Lucky nos esperan con la furgoneta, y desde donde numeroso publico observa a los dos chalados que navegan en tales condiciones, tal vez con la esperanza de ver algún que otro chapuzón. Tras de mi entra juanito sin incidencia alguna. Desde la barra del puerto se observa como mar adentro esta repleto de borreguillos, que no es otra cosa que la espuma que el viento arranca de las olas.
Hemos tardado 4 horas en completar la etapa.
17ª ETAPA ( 9 de septiembre ): Cudillero - Luarca 38 kms
Hoy navegaré con Aurora, y comenzamos la etapa saliendo del Puerto de Cudillero. Enfilamos hacia un cabo que vemos a lo lejos, y lo hacemos por zona de acantilados imponentes, hasta llegar a la altura del Cabo Vidio, teniendo que hacer alguna que otra maniobra, con el fin de evitar las rompientes que provocan las afloraciones rocosas del mismo, las cuales se adentran en el mar. Pasamos a navegar una larguisima bahía por la que navegaremos muy alejados de las costa ( probablemente 8 o 9 kms en algunos puntos). Tras unas cuantas horas de monótono paleo, llegamos al otro extremo de dicha bahía, a la altura del Cabo Busto Autoridad. Antes de esto, sobre las 12:30, se levantó viento y nos temimos que se formara un nuevo temporal de viento como el ayer ocurrido y que encabronó de tal manera el mar que tuvimos que sujetarnos hasta los empastes ( por ello sacamos el Google-Map, descubriendo como posible refugio la Playa de Cadavedo, a unos 10 kms de donde navegamos, y que la tenemos justo a nuestra izquierda). La Costa Norte y más la Asturiana, es como una enorme ratonera o sucesión de acantilados, donde previamente a acometer la etapa, el navegante tiene que planear posibles puntos de escape por si las cosas se ponen feas, y esto no es otra cosa que alguna pequeña cala o playa que preferentemente estén a resguardo de las olas dominantes. Parece que el viento amaina, cosa que agradecemos, superando en Cabo Busto y observando nada más hacerlo la Playa de Cuevas ( a nuestra izquierda ). Continuamos hasta Luarca, donde entramos sin ningún problema en su bonito puerto. Al final el día de navegación ha sido muy bueno, al igual que ha sido buena la paliza, tras casi 40 kms que hemos tardado 7 horas en cubrir.
Cabo Vidio
Cabo Busto
Llegando a Navia
El faro a la entrada del Puerto de Navia
En el prado donde acamparemos
18ª ETAPA: ( 10 de septiembre ) : Luarca - Navia 18,5 kms
Comienzo la etapa saliendo del Puerto de Luarca acompañado por Aurora. Superamos varios pequeños cabos, enfilando finalmente uno mucho más prominente que los anteriores, y que presenta varias isletas que como prolongaciones del mismo se introducen en pleno mar. Tras superar estas, navegamos por una bahía, viendo salir un barco de lo que a lo lejos parece ser un pequeño puerto. Nos dirigimos hacia él, pensando que ya estábamos a la altura de Navia, pero al llegar nos damos cuenta de que se trata del Puerto de Vega. Ante la equivocación proseguimos navegando, y lo hacemos salvando una serie de peñones y escollos. Vemos a lo lejos y a nuestra izquierda, como entre los acantilados aparecen una playa y dos pequeñas calas, tras las cuales encontramos la entrada a la Ría de Navia, con su faro frente a nosotros. Navegamos hasta el muro o barra de entrada al mismo, evitando las rompientes y continuando por la ría, hasta llegar a un punto a la izquierda, desde donde Juan nos indica que bajemos de los kayaks y tras hacerlo y subirlos por unas piedras desde las que se precipita el agua de una especie de marisma, continuamos por ella hasta llegar a una bonita zona de recreo sembrada de eucaliptos. La travesía ha durado 4,5 horas.
Ese día, ante la dificultad para encontrar un lugar idóneo donde acampar, le pedimos permiso a un paisano para hacerlo en su terreno. Como no, el señor accedió a ello:¡¡¡los asturianos siempre tan gentiles....!!!
19ª ETAPA ( 10 de septiembre ) : Navia - Ribadeo 29 kms
Salimos desde la Ría de Navia, y lo hacemos con un mar bastante alborotado, con las previsiones de que a partir del mediodía éste se pondrá peor. Navegamos muy alejados de la costa, entre otras cosas, porque a lo largo de la etapa y en plena mar abierta, aparecerán numerosas afloraciones rocosas y bajíos que hacen mas complicada la navegación. Juan da unos rodeos tremendos para evitarlos, mientras que yo suelo pasar entre ellos, teniendo que lidiar con aguas muy complicadas pero ahorrándome muchos metros e incluso kilómetros a lo largo de la etapa. Para colmo, sobre media mañana, nos metemos en un banco de niebla en el que apenas se puede ver a unos cuantos metros por delante de nosotros. La mar, aunque presenta alguna que otra gran ola muy espaciada que nos salva suavemente, es fácil de navegar ( no sabíamos que cerca de la costas las olas eran enormes y rompían salvajemente contra los acantilados). Juan se alarma por si estamos navegando en círculos al no poder divisar la costa, mientras yo le tranquilizo: al menos el rumbo es correcto, según marca la pequeña brújula que llevo siempre enganchada a mi kayak con un mosquetón. Ahora esperamos que el mar arrecie tal y como auguraban las predicciones vistas. Por suerte eso no ocurre, o eso pensábamos, puesto que como ya dije, no sabíamos lo que ocurría cerca de la costa. Juan sugiere dirigirnos lo mas posible hacia el sur, o lo que es lo mismo a la costa. Lo hacemos, y al poco me alerta de una enorme ola de al menos seis metros que se nos hecha encima, pasando bajo nuestras embarcaciones mansamente: al acercarnos a la costa, las aguas son menos profundas, y al chocar la masa de agua con zonas más someras, se levanta en olas enormes. Volvemos mas o menos a la altura de la zona por donde navegábamos anteriormente. No podemos ver por donde navegamos a causa de la niebla, pero gracias a la brújula, sabemos que el rumbo es el correcto, aunque tendremos que avanzar a ciegas. Sacamos el Google-Map y descubrimos que estamos a la altura de Tapia de Casariego, la cual nos queda a nuestra izquierda pero muy a lo lejos. Debemos seguir hacia el oeste, y cada media hora consultar nuevamente Google, hasta estar frente a la Ría de Ribadeo, entonces cambiaremos el rumbo hacia el sur y llegaremos a puerto como buenamente podamos. Tras dos horas o algo así, la niebla empieza a levantarse hasta desaparecer finalmente. Ya estamos frente a la ría, enfilándola por un mar que se alborotaba cada vez más según nos acercábamos a la costa. Tras alguna que otra maniobra para evitar las rompientes, pasamos bajo el puente sobre el que pasa la autovía, para poco después llegar al Puerto de Ribadeo, frente al cual y al otro lado de la ría, se alzán Castropol y Figueras.
Hemos concluido la Costa Cantábrica. Estamos en Galicia, al comienzo de la Costa Gallega, pero esa será otra aventura. Los compromisos de Juan nos impiden continuar y nos obligan a volver ese mismo día a Talavera.
La niebla comienza a disiparse
Al fondo la entrada a la Ría de Ribadeo, y atravesándola el puente sobre el que va la autovía
Llegando a puerto
MIENTRAS NOSOTROS NAVEGABAMOS RELATIVAMENTE CON COMODIDAD EN MAR ABIERTO, ASÍ DE FURIOSO ESTABA EL MAR EN LA COSTA
Moreno kayakista: piernas, manos y cara negra, el resto blanco